Para el campesino Florentino Bravo, originario de la comunidad de Arandas la producción agrícola en el estado está al borde de la extinción ante la escasez de agua que año con año se agrava, sin embargo, dijo que no venderá su terreno de cultivo, ya que la siembra y cosecha de productos es parte importante de su vida.

Expresó que hace más de 20 años su padre trabaja más de cuatro hectáreas de cultivo y ahora solamente trabaja en un espacio reducido de 340 metros cuadrados, en donde espera que las lluvias lo favorezcan para que pueda sembrar.

"A mí toda mi vida me ha gustado sembrar, hace años teníamos cuatro hectáreas para sembrar, desgraciadamente mi papá falleció y ya no se pudo seguir sembrando, ahora yo solo trabajo en 340 metros cuadrados".

Dijo que no pierde la esperanza en que esté año traerá más agua que el 2019 y 2020, por lo que dijo ya tiene listas las semillas de maíz para en caso de que se registren lluvias abundantes de inmediato comenzar a sembrarlas.

Señaló que pese a la adversidad por la sequía en el campo no se rendirá y mucho menos buscará vender su terreno, ya que es parte fundamental de su vida trabajar la tierra.

"Yo no me rindo, sigo firme con mi terreno porque uno vive de esto es nuestra vida y estamos acostumbrados a trabajar en esto".

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