La Cañada de la Muerte de Irapuato es de las comunidades rurales más conocidas por su atractivo natural conocido como “Los Charcos”, donde el campo y la ganadería son los oficios de los adultos mayores, mientras que los habitantes viven desconectados de la tecnología.
Sin embargo, las carencias de la seguridad y los servicios públicos como el drenaje, poco alumbrado y las calles sin pavimentación, dejan en la marginación a las viviendas de los habitantes.
La comunidad Cañada de la Muerte está ubicada a un costado de Aldama, una de las comunidades más habitadas del municipio, para llegar a Cañada de la Muerte se transita por un largo camino pavimentado y rodeado de vegetación seca.
Al llegar a Cañada de la Muerte se pueden apreciar algunas casas todavía hechas de piedra y en sus caminos, aún de tierra, hay gallinas y cerdos caminando libremente, burros amarrados a los árboles y personas de la tercera edad platicando tranquilamente bajo un árbol.
Sin embargo, la comunidad está bastante retrasada de sus servicios básicos, pues comparada con la ciudad que se ha ido desarrollando e incluso urbanizando con lámparas LED, rehabilitando vialidades que llevan años pavimentados y con mejor servicio de drenaje, por lo que Cañada de la Muerte apenas tiene su camino principal pavimentado, algunas lámparas de alumbrado público y ni siquiera cuenta con un sistema de drenaje.
En ese canal el agua es verdosa y el calor provoca que despida un intenso olor que molesta tanto a los habitantes como a los animales, el canal pasa enfrente de decenas de hogares y el agua se queda varada ahí.
Tener más alumbrado público es otra de las necesidades que requieren en Cañada de la Muerte, pues los habitantes aseguraron que es bastante común que las lámparas dejen de funcionar durante la noche, lo que los pone en riesgo de ser víctimas de la delincuencia, ya que los asaltos son bastante común.
“Hay focos que se funden y así se quedan mucho tiempo, ni siquiera hay policías por aquí, de eso no hay acá nada, por eso nos asaltan mucho y a cada rato”, dijo Guadalupe Moreno, habitante de la comunidad.
Sandra Centeno, quien también vive en Cañada de la Muerte y es madre de familia, señaló que hace falta un espacio para que los niños y jóvenes convivan y hagan deporte, debido a que los fines de semana los jóvenes se ponen mucho a tomar bebidas alcohólicas e incluso a consumir drogas en las calles, lo que es preocupante para las familias de niños pequeños.
“Antes había un campo donde los muchachos iban a hacer deporte y jugar futbol, ahora ya lo quitaron porque será un campo de sembradío, entonces hace mucha falta un espacio para que se distraigan los niños y jóvenes y no anden tomando ni drogándose los fines de semana, porque siempre andan borrachos”.
A pesar de que las personas acudan a la comunidad para conocer “Los Charcos”, el paisaje natural donde hay una cuenca, sus calles siguen sin ser pavimentadas, por lo que es más sencillo para los habitantes trasladarse sobre caballo o burro, pero durante la temporada de lluvias les es complicado incluso ir a la tiendita, debido a que no hay un piso sólido por dónde transitar; en la comunidad sólo hay dos escuelas, una primaria y un jardín de niños, sitios donde reciben educación básica los niños de Cañada de la Muerte.