Herminia Campos Pérez, hasta hace uno años dedicada a su hogar, dejo un poco sus actividades para comenzar a ayudarle a su esposo en el taller de hojalatería y dejar de un lado el estereotipo de que es un “trabajo para hombres”.
La señora Herminia contó que la necesidad de aprender éste negocio surgió de ver que a su esposo se le juntaba el trabajo y el solo tenía que sacarlo adelante, por lo que no lo pensó y de inmediato le puso manos a la obra y comenzó aprender para aligerarle el trabajo.
“Como estoy viendo aquí todo el día, éste, cuando a mi marido se le junta su trabajo, pues en cuanto hay chanza le echamos la mano, sobretodo cuando no está mi hijo, pues él es el que le apoya”, narró.
Doña Herminia dijo que sus principales tareas constan de pulir, encerar y poner pasta, sin embargo, a ella no se le dificulta sacar un golpe aunque implique una mayor fuerza.
Aunque le ayuda a su esposa en el negocio, Herminia no deja de realizar su trabajo dentro del hogar, pues para ella las mujeres todo lo pueden hacer.
“Durante la mañana me dedico a mi casa, termino como a las 11 o 12 del día, y que veo que tiene mucho trabajo, me acerco a él para ayudarle y él tenga tiempo de ir a comer y yo acá le entro a todo”, dijo.