Servir a sus clientes y ofrecerles carnes rojas de calidad es una de las pasiones de Ramón Aldaco quien por más 35 años se ha dedicado a la tablajería e incluso ha representado a la Unión de Tablajeros e Introductores de Irapuato.
El comerciante relató que fue en 1966 cuando su padre incursionó en el comercio de carne y desde entonces se ha convertido en una tradición, pues el y su hijo continúan ejerciendo el oficio y se han ganado la confianza de sus clientes debido a que el producto que ofrecen es de calidad.
"Mi Papá puso este negocio en 1966, en ese entonces yo tenía 12 años y ahí empecé yo con los trabajadores que tenía mi papá, me independicé en 1985".
Ramón de 65 años de edad relató que a lo largo de la existencia del negocio familiar han vivido momentos críticos como el de la inundación de 1973 que generó pérdidas económicas en su carnicería y que puso en riesgo la continuidad del mismo.
Destacó que afortunadamente su hijo continuará con la tradición y espera que así se mantenga pues son considerados los que ofrecen la mejor carne de la ciudad.