Una total desorganización se vivió en el censo de Programas de Bienestar del gobierno federal, al grado de que tuvo que intervenir la Policía Municipal para calmar los ánimos de la gente, pues hubo varios conatos de bronca.
El Dato...
Sólo 500 fichas dan por día para anotarse en el censo, pero esta cantidad suele aumentar por la gente que acude a anotarse al censo de programas
Desde las dos de la madrugada las personas se comenzaron a formar afuera de la Presidencia Municipal, pues desde el viernes el gobierno municipal había autorizado la utilización de este inmueble para hacer el registro de las personas que podrían ser beneficiadas de los programas de apoyo para adultos mayores, estudiantes, jóvenes emprendedores, personas con discapacidad.
Sin embargo, los coordinadores de este censo decidieron no usar la Presidencia Municipal y se regresaron a la plazuela Miguel Hidalgo, donde anteriormente hicieron la anotación de personas.
Esta decisión de último momento molestó a las personas que desde la madrugada se formaron, pues nadie les avisó del cambio de lugar.
Cuando las personas que estaban formadas se dieron cuenta que ahora se tenían que anotar en la plazuela y por ende volver a hacer fila, se molestaron y reclamaron al personal que levanta el censo y que se identifican como "Servidores de la Nación".
Incluso, hubo empujones contra los "Servidores de la Nación", quienes solicitaron el apoyo de la policía municipal para apoyarlos.
Los "Servidores de la Nación" dijeron que la delegada regional de los Programas de Bienestar, Angélica Aguirre, fue la que dió la orden de no usar la presidencia municipal y que regresaran a la Plazuela Miguel Hidalgo.
En el rayo del sol, personas de la tercera edad, algunas incluso con muletas, sillas de ruedas o andaderas esperaban pacientes a que los anotaran en ese censo.
Hubo algunos que propusieron que fuera realizada una fila para cada programa y así no estar todos formados en el mismo lugar, pero no les hicieron caso.
“Esto sólo deja mal al presidente, porque se ve que la gente de la que se rodea ni sabe, sólo improvisan y no solucionan los problemas”, dijo Gloria Zárate, una mujer de 72 años, quien se anotó para el censo de 68 y Más.