Rendirse no fue una opción

SALAMANCA, Gto; A un año de haber iniciado la pandemia de la covid-19, situación que propició un cambio en la vida de muchas personas a través de las pérdidas materiales y humanas impactando a todo el estado de Guanajuato, dentro de las múltiples historias que se han forjado a lo largo de estos 12 meses se encuentra la de Luis Fernando Prieto, aunque él no fue víctima del coronavirus por medio de la salud, sí lo fue de manera económica, pues se enfrentó a la disminución de sus ingresos en su negocio de construcción, llevándolo a buscar una estrategia para sacar a su familia adelante,

Además de dedicarse a la construcción, Fernando de 44 años de edad, también se dedica a la elaboración de accesorios a base de madera para fiestas infantiles, sector que también se afectó con el cierre de salones fue otro motivo que golpeó su economía.

Sin embargo, su ímpetu y ganas de salir adelante hicieron que su espíritu de lucha no desistiera y fue así como comenzó con el mantenimiento de hogares, realizando diversas actividades como pintar casas, trabajos de drenaje todo, labores con las que comenzó a generar ingresos a la par que realizaba algunos accesorios para los artesanos.

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Se contagia en fiesta clandestina a donde fue a trabajar

Luis Fernando cumplió ya un año dos meses desde que dejó de trabajar en su negocio de construcción, No obstante, pues su mayor motivo radica en la Fe en Dios, así como en darle lo mejor a sus pequeñas hijas que también han sufrido con el confinamiento.

“Tengo un año dos meses parado casi en un 99% dentro de mis labores como constructor y como artesano también porque nos dedicamos a lo que son eventos de niños, en donde elaboramos accesorios de madera como letras gigantes, escritos, pero sin importar que, hemos estado luchado para salir adelante” dijo.

Luis Fernando comenzó con el mantenimiento de hogares y aunque en un principio apenas y sacaba lo suficiente el pertenecer a una organización como Dulce Nido, le ayudo a darle una mayor proyección, principalmente por el consumo entre artesanos que empezaron a requerir de sus servicios.

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Negocio de uniformes escolares lucha por mantenerse a flote

Sin embargo, a un año de comenzar con el confinamiento, Luis Fernando admitió que no todo ha sido malo, pues la pandemia también le brindó la oportunidad de convivir más con su familia, especialmente con sus hijas y descubrir habilidades que ni siquiera imaginaba que tenía, por ello está convencido que todo pasa por algo.

Con la llegada del semáforo amarillo, Luis Fernando de 44 años de edad temé que la gente relajé las medidas sanitarias y eso generé que los contagios vuelvan a incrementarse, pero también le da una nueva oportunidad para volver a trabajar como artesano en la elaboración de fiestas para niños.

A un año de iniciar con la pandemia que cambio la vida de muchas personas, Fernando ha logrado salir victorioso, pues el 2020 le dejó una gran enseñanza, aprendió a verse a través de lo que los demás han sufrido y para él eso no lo cambiaría.

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