Crispín es uno de los tantos perros que por ser abandonados por sus dueños, sufren todo tipo de peligros por andar solos y deambular por las calles.Crispín es un perro que desde hace aproximadamente tres meses llegó a una vulcanizadora ubicada en el bulevar Los Reyes.
Los dueños de ese lugar no pudieron dejarlo consigo, debido a que tienen dos perras y las cuales entraron casi al mismo tiempo. Sin embargo, comenzaron a darle de agua y comida a Crispín, en lo que esperaban a que las perritas salieran de celo, esterilizarlas y poder adoptar a Crispín.
Pero Crispín no abandonaba su carácter de perro callejero y por ello deambulaba por las colonias 18 de Agosto, Irapuato y Flores Magón Sur y de vez en vez llegaba a la vulcanizadora, donde sabía que le darían de comer.Sin embargo, hace aproximadamente tres días, Crispín se fue siguiendo a otra perrita que aparentemente también estaba en celo y en esa escapada, fue atropellado cuando intentaba cruzar el bulevar Los Reyes.
A causa de esto, la patita derecha delantera de Crispín quedó fracturada. Y así anduvo Crispín, quien ya no pudo deambular por las calles de las colonias que frecuentaba y ahora se quedaba en el estacionamiento de lo que en un tiempo fue Soriana del bulevar San Roque.Crispín, como podía, salía a buscar comida, pero no llegaba muy lejos.
Se le vio por las calles San Juan y Santo Tomás, de la colonia Flores Magón Sur, pero no dejaba que las personas que lo querían ayudar se le acercaran.
Pero la vida de Crispín parece que dará un giro favorable: el viernes por la mañana, Crispín fue ubicado por personal del Centro de Atención Canina de Irapuato (Cani), quienes lo encontraron precisamente en la vulcanizadora a la que había llegado hace tres meses.
Ahí estaba acostado y triste por el dolor que le provocaba su pata fracturada. Gerardo Martínez Franco, coordinador del Cani, acudió por este cachorro para ser atendido por la fractura que presentaba.Ahí se entrevistó con Arturo Cano, hijo del propietario de la vulcanizadora, y a quien le dijeron que se llevarían al perro para poder atenderlo. Además, le explicaron que si le interesaba quedarse con el animalito, éste sería esterilizado, para que así pudieran dejarlo dentro con las otras dos perras que tienen en el negocio.
La respuesta fue positiva y tras ser sedado, Crispín fue llevado al Cani, donde le darán el seguimiento necesario para que se recupere de su fractura y pueda ser regresado con quienes ahora serán sus nuevos dueños.Gerardo Martínez dijo que contrario a lo que se piensa, el Cani no es un centro de sacrificio animal.
“Se le ha dado un nuevo enfoque a lo que ahí se hace y ahora lo que se hace es promover la atención y buenos cuidados de los animales”, dijo el coordinador de este lugar.
Por ello, en el Cani son realizadas esterilizaciones a bajo costo, pueden aplicarse vacunas e incluso es ofrecido el servicio de adopción de mascotas que son rescatas de situaciones de maltrato y abandono.
Martínez Franco refirió que de cada 10 mascotas rescatadas, unas seis son adoptadas o se les busca hogar, por lo que pidió a los propietarios de mascotas ser responsables con ellas y evitar que más perritos como Crispín anden en las calles y con los riesgos que esto significa.