Rezan y lloran abasolenses la muerte de Jesús

El camino que recorrió Julio Cesar y los miembros del grupo que escenificaron las Tres Caídas, inició en la Plaza Principal.

Redacción / El Sol de Irapuato

  · viernes 19 de abril de 2019

Cientos de familias vivieron la Pasión y muerte de Jesús. / Foto: Especial

ABASOLO, Gto; Julio César, en la escenificación del Camino al Calvario, representando a Jesús, en su rostro se reflejaba el rictus de dolor y en sus ojos las lagrimas, no por el dolor del golpe del látigo que laceraba su piel o el dolor al sentir que sus pies descalzos se quemaba con el ardiente asfalto calentado por los intensos rayos del sol, sino el sentimiento el amor a Dios, al recordar lo que Cristo vivió y sufrió por la humanidad.

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El camino que recorrió Julio Cesar y los miembros del grupo que escenificaron las Tres Caídas, inició en la Plaza Principal, para proseguir el Viacrucis por la calle Morelos, Primavera hasta llegar al cerro de la “Cruz Blanca” donde se llevó a cabo la crucifixión.

El llanto de María representada por (Guadalupe Mejpía Rea), al ver como era castigado su hijo Jesús, convertida en mar de lágrimas, dio realismo a esta escenificación que conmovió a la gente. Fue una gran representación de cada episodio de Jesús Camino a la Cruz, lo que hicieron los integrantes del grupo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz.

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El pueblo católico vivió intensamente cada episodio de la Pasión y Muerte de Jesús, ya que es una representación centrada en los Misterios dolorosos de Cristo, que son para meditarse y contemplaron caminando deteniéndose en cada estación.

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Dijeron los miembros del Senedrín, Jésus fue condenado a muerte, como no podían ejecutar a nadie, lo llevaron de la casa de Caifas al Pretorio. Pilatos no encontraba razón para condenar a Jesús, e incluso trató de liberarlo, pero ante la presión amenazante del pueblo instigado por sus jefes, gritaban ¡Crucifícalo, Crucifícalo”, pero un grito que resonó ante la multitud se dejó escuchar- “Si sueltas a ése, no eres amigo del César”, fue así como pronunció la sentencia que le reclamaban y les entregó a Jesús, después de azotarlo fue entregado para su crucifixión.

Jesús quedó en manos de los soldados del procurador, que lo llevaron consigno al Pretorio, y reunida la tropa, se mofaron de él. Le quitaron el manto de púrpura con que lo habían vestido para la burla, le pusieron de nuevo su ropa, le cargaron la cruz en que había de morir y salieron camino al Calvario seguido de María, la madre que ve a su hijo destrozado. Jesús es ayudado por el Cirineo (José Iván rico campos), que pasaba por ahí y fue obligado por un centurión a que ayudara a Jesús con la Cruz.

Jesús toma la Cruz y sigue su camino, con el rostro desfigurado, surge entre la gente una mujer del pueblo, Verónica (María Josefina Martínez Márquez), quien se abrió paso entre la multitud, sosteniendo un lienzo en sus manos, limpio piadosamente el rostro de Jesús, como respuesta Jesús dejó grabado en el lienzo su Santa Faz.

En ese camino cargando la pesada Cruz, se le acercaron llorosas una mujeres a Jesús y les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos”.

Para recordar que hace casi dos mil años un hombre ofreció su sacrificio por todos nosotros, sufriendo en el camino al Calvario, cayendo tres veces, momento emotivo que se vivió en el cerro de “La Cruz Blanca” donde se escenificó la crucifixión de Jesús, ante cientos de familias.