Un día después de los disturbios, llegó el recuento de los daños. Cajas y cajas de archivo, mucho de él “muerto” fue el que terminó incendiado a causa de las bombas de gasolina que feministas lanzaron como parte de la iconoclasia que llevaron a cabo durante su manifestación.

“Estamos evaluando los daños”, dijo la Oficial Mayor, Adriana Elizarraraz, durante la inspección que realizó junto con el síndico Alfredo Méndez Montes.

Fueron 312 cajas las que se quemaron. Había documentos diversos, que si bien algunos ya no eran importantes, para una administración municipal todo puede servir en algún momento. Pero no, ya no sirven, ya son cenizas, ya son parte de la basura.

En tanto, las pintas que fueron realizadas fueron lavadas. Las papeletas que con engrudo fueron pegadas también las quitaron con chorros a presión.

En el día después de los disturbios, en el día después en donde la Presidencia Municipal fue mudo testigo de lo que realmente pasó, la tensa calma es lo que reina, en donde lo único que se busca es que todo regrese a la normalidad, aunque para ello tomará tiempo, algo de tiempo.