Y la gente sigue en las calles

Hay quienes salen a trabajar, pero ¿y los niños?.

Oscar Reyes | El Sol de Irapuato

  · lunes 30 de marzo de 2020

En la fila para el banco no se respetó la sana distancia. / Fotos: Jesús Gutiérrez | El Sol de Irapuato.

El mensaje era claro, no había lugar para confusión: “si no es necesario que salgan a la calle, no lo hagan”, pero pareciera que se entendió al revés y hoy las calles de Irapuato siguen igual o hasta más abarrotadas que antes de que empezara la contingencia.


Hay niños hasta en los bancos, cuando deberían de estar en sus casas.


Las calles de Irapuato se siguen manteniendo con gente en ellas, muchos argumentan que salen a la calle a trabajar y en ellos se entiende, pero ¿los niños?

Niños en los bancos, niños en el mercado, niños en la Plazuela Miguel Hidalgo, hay niños hasta en la central camionera, cuando la indicación “quédate en casa”.


La gente está en la calle, cuando la indicación fue lo contrario.


Los niños, dijo el secretario de Salud de Guanajuato, Daniel Díaz Martínez, si bien el coronavirus no los ataca tan fuerte, incluso podrían tener el virus y no desarrollar ningún síntoma, sí pueden transmitirlo a personas que sí les afecta el Covid-19, como a las personas adultas mayores. ¿E importa esa información? Tal parece que no, los niños siguen en la calle, cuando deberían estar en casa, para que si el virus está en la calle, éste no pueda ser tomado y transmitido de persona a persona. Así se contagiaron en Italia y España y los muertos se cuentan por miles.

Tampoco la sana distancia se ha respetado. Afuera de un banco, 40 personas esperaban uno tras otro su turno para entrar y cobrar su quincena. Eso sí, con cubrebocas puesto algunos de ellos.


Adultos mayores, niños, todos andan en la calle.


El Centro Histórico se ha llenado de gente, mucha que no tiene por qué salir, pero ha salido; gente que hasta hace un mes detestaba ir al centro y hoy se les ve paseando por éste; hay quienes se molestan cuando se les cuestiona que qué hacen a la calle. “Salgo porque quiero”, dijo uno, mientras esperaba a quién sabe quién o quién sentado en pleno rayo del sol, porque las bancas que están en la sombra están cubiertas con cinta para que nadie haga uso de ellas y se vayan a sus casas; de poco ha servido.

La gente sigue en la calle y muchos de ellos no deberían estar ahí, pero ¿qué hacer cuando se hace lo contrario a lo correcto? Nada, sólo esperar que la imprudencia de muchos no sea mañana el dolor o la pérdida de otros...

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