/ sábado 13 de abril de 2019

SOPA DE LETRAS

Año con año espero el Viernes de Dolores. Y sólo para probar la deliciosa agua que tradicionalmente se dice representa las lágrimas de la virgen María. Y pocas veces lo logro.

Este año, no fue la excepción; no lo logre, pese a que incluso en muchas casas sale la gente generosamente a regalarla, y ni así se me hizo. Aunque quiero pensar que es fácil de hacer, no se le vuelve a saborear igual sino hasta el próximo viernes doloroso, y eso si no se nos vuelve a pasar como a mí; y además como que no tendría mucho chiste ni buen sabor si la mandáramos hacer en otra fecha que no fuera precisamente la del Viernes de Dolores.

Aquí, en esta casa editora año con año el buen amigo y jefazo de rotativa Ricardo González heredó la tradición y la continúa llevando a cabo al pie de la letra. Pero ¿qué hacer? Ni modo; por una u otra cosa no se me hizo esta vez. Quizá compraré algo que se le parezca en las aguas frescas cotidianas para calmar mi ansiedad.

Y como ya es acostumbrado, meneando esta sopa de letras para cambiar un poco de tema diremos que llama la atención el hecho de que en este país a la gran mayoría de la gente le molesta que algún funcionario traiga tal o cual prenda buena, artículo de lujo o joyería fina, pues fue nada más ni nada menos que al Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard a quien la semana pasada la prensa enfocara sus respectivas cámaras para captar el reloj que usa. Fue un escándalo ver que lleva en su muñeca izquierda un reloj de la marca Rolex.

Pero, y por qué el escándalo. Ah, bueno, porque ese reloj tiene un precio de $14.550.00 dólares, ya que dicha marca de relojería suiza es la más cara del mundo, y alguien apenas se dio cuenta de que el funcionario llevaba un reloj de esa dimensión para dar a conocer la nota justo en los momentos en que AMLO propugna, o al menos eso dice por la austeridad en el gobierno, y donde ningún funcionario debe ganar más de $108,386.00 mensuales de salario, soslayando el reportero que sacó la nota o quizá desconociendo que esa joya pertenece a Ebrard desde antes de ser miembro del gabinete del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Bueno a grado tal que tuvo que salir Roberto Velasco Álvarez, encargado de Comunicación Social de la Secretaría de Relaciones Exteriores, a aclarar por parte del Canciller que el reloj había sido un regalo de bodas de su propia esposa, y que ese asunto era público desde hacía varios meses atrás. En su declaración patrimonial, Ebrard había declarado tener entre otras cosas, una casa adquirida por herencia de su señora madre, así como joyas y obras de arte, lo cual no tiene nada, en lo absoluto nada de malo poseerlas.

Sin embargo aunque el hecho -per se- no tiene nada de malo, resulta para muchas personas ofensivo cuando otras, es decir, la gran mayoría carece de incluso lo más elemental y básico. Digamos sólo fue falta de tacto del funcionario que nunca imaginó que alguien supiera a lo lejos de alta relojería, pero ya se dio cuenta que no era así; y como bien dice el refrán: No hagas cosas buenas, que parezcan malas.

No quisiera terminar sin darle otra meneada a la olla de esta sopa de letras, pero esta vez para mandar un muy sentido pésame a la familia Méndez Magaña por el sensible, sorpresivo y lastimoso suceso del fallecimiento del Lic. Javier Méndez García. Un gran hombre y profesionista ejemplar que se nos adelantó. Dios le tenga en Su Santa Gloria. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com



Año con año espero el Viernes de Dolores. Y sólo para probar la deliciosa agua que tradicionalmente se dice representa las lágrimas de la virgen María. Y pocas veces lo logro.

Este año, no fue la excepción; no lo logre, pese a que incluso en muchas casas sale la gente generosamente a regalarla, y ni así se me hizo. Aunque quiero pensar que es fácil de hacer, no se le vuelve a saborear igual sino hasta el próximo viernes doloroso, y eso si no se nos vuelve a pasar como a mí; y además como que no tendría mucho chiste ni buen sabor si la mandáramos hacer en otra fecha que no fuera precisamente la del Viernes de Dolores.

Aquí, en esta casa editora año con año el buen amigo y jefazo de rotativa Ricardo González heredó la tradición y la continúa llevando a cabo al pie de la letra. Pero ¿qué hacer? Ni modo; por una u otra cosa no se me hizo esta vez. Quizá compraré algo que se le parezca en las aguas frescas cotidianas para calmar mi ansiedad.

Y como ya es acostumbrado, meneando esta sopa de letras para cambiar un poco de tema diremos que llama la atención el hecho de que en este país a la gran mayoría de la gente le molesta que algún funcionario traiga tal o cual prenda buena, artículo de lujo o joyería fina, pues fue nada más ni nada menos que al Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard a quien la semana pasada la prensa enfocara sus respectivas cámaras para captar el reloj que usa. Fue un escándalo ver que lleva en su muñeca izquierda un reloj de la marca Rolex.

Pero, y por qué el escándalo. Ah, bueno, porque ese reloj tiene un precio de $14.550.00 dólares, ya que dicha marca de relojería suiza es la más cara del mundo, y alguien apenas se dio cuenta de que el funcionario llevaba un reloj de esa dimensión para dar a conocer la nota justo en los momentos en que AMLO propugna, o al menos eso dice por la austeridad en el gobierno, y donde ningún funcionario debe ganar más de $108,386.00 mensuales de salario, soslayando el reportero que sacó la nota o quizá desconociendo que esa joya pertenece a Ebrard desde antes de ser miembro del gabinete del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Bueno a grado tal que tuvo que salir Roberto Velasco Álvarez, encargado de Comunicación Social de la Secretaría de Relaciones Exteriores, a aclarar por parte del Canciller que el reloj había sido un regalo de bodas de su propia esposa, y que ese asunto era público desde hacía varios meses atrás. En su declaración patrimonial, Ebrard había declarado tener entre otras cosas, una casa adquirida por herencia de su señora madre, así como joyas y obras de arte, lo cual no tiene nada, en lo absoluto nada de malo poseerlas.

Sin embargo aunque el hecho -per se- no tiene nada de malo, resulta para muchas personas ofensivo cuando otras, es decir, la gran mayoría carece de incluso lo más elemental y básico. Digamos sólo fue falta de tacto del funcionario que nunca imaginó que alguien supiera a lo lejos de alta relojería, pero ya se dio cuenta que no era así; y como bien dice el refrán: No hagas cosas buenas, que parezcan malas.

No quisiera terminar sin darle otra meneada a la olla de esta sopa de letras, pero esta vez para mandar un muy sentido pésame a la familia Méndez Magaña por el sensible, sorpresivo y lastimoso suceso del fallecimiento del Lic. Javier Méndez García. Un gran hombre y profesionista ejemplar que se nos adelantó. Dios le tenga en Su Santa Gloria. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com