El artista Jeff Koons ya no se conforma con exponer sus obras en los museos y galerías más grandes del mundo, por lo que ahora busca ingresar al mundo del formato NFT enviando un grupo de esculturas a dicho satélite.
El viaje de este grupo de esculturas, que ocurrirá este mismo año en sociedad con Pace Verso, 4Pace e Intuitive Machines, se realizará por medio de nanosatélites CubeSat que miden 10 centímetros por lado.
El lanzamiento de las obras se hará desde el Centro Espacial Kennedy, en el estado de Florida, en el marco de una misión definida por sus participantes como "plenamente autónoma" a bordo de alunizadores de la compañía Intuitive Machines, que ya trabaja con la agencia espacial NASA, según precisó Pace.
Cada obra estará vinculada a un NFT, una versión digital única certificada por la tecnología 'blockchain' que será vendida en la Tierra. Y una parte de los fondos recaudados irá para la organización Médicos sin Fronteras, según informó la galería.
"Siempre me gustó la idea de crear un arte global (...) pero ahora se está tornando universal", manifestó el artista en el sitio web dedicado al proyecto, jeffkoonsmoonphases.com. "A través de la historia de la humanidad siempre admiramos a la Luna", agregó.
Medio siglo después del último paso del hombre en la Luna, la NASA planea lanzar este año una misión lunar no tripulada (Artemis I) como paso previo a otra tripulada en 2024.
ARTISTA KITSCH
Jeffrey Lynn Koons, de 67 años, es uno de los artistas vivos más cotizados del mundo. Conocido por sus obras kitsch y de gran tamaño, sus obras se exponen en grandes museos como el MoMA de Nueva York o el Guggenheim de Bilbao.
Su trabajo está relacionado con la cultura popular y sus esculturas, que representan objetos cotidianos, incluidos animales con globos, son producidos en acero inoxidable con superficies con acabado de espejo.
Las obras del artista, que vive y trabaja tanto en la ciudad de Nueva York como en su natal York, Pensilvania, se han vendido por sumas sustanciales, incluidos al menos dos precios récord de subasta por una obra de un artista vivo: 58.4 millones de dólares por Balloon Dog (Orange) en 2013 y 91.1 millones de dólares por Rabbit en 2019.
Los críticos están muy divididos en sus puntos de vista sobre el arte de Koons. Algunos consideran su obra como pionera y de gran importancia histórico-artística, mientras que otros descartan su trabajo por considerarlo kitsch, burdo y basado en una cínica comercialización de sí mismo.
Koons saltó a la fama a mediados de la década de los ochentas, como parte de una generación de artistas que exploró el significado del arte en una era saturada de medios.
Esa misma década ganó reconocimiento y posteriormente montó un estudio tipo fábrica en un loft del SoHo, donde contó con más de 30 asistentes, cada uno asignado a un aspecto diferente de la producción de su trabajo, a semejanza de la “Factory” de Andy Warhol.
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