La revolución en el transporte es evidente y una de las alternativas para todas nuestras opciones de transporte, desde las bicicletas eléctricas hasta las motocicletas, autobuses, trenes de carga o incluso tractores de carga y camiones pesados, puede ser la electrificación, ya que no requiere de gasolina y diésel en un motor de combustión interna.
El transporte eléctrico será vital si queremos detener el cambio climático, si logramos que todos los medios de transporte -no sólo los automóviles- funcionen con electricidad, estaríamos reduciendo casi una quinta parte de las emisiones que generamos además de disfrutar de un aire más limpio y puro y de unas ciudades más tranquilas.
Tenemos esperanzas prometedoras de que los autos eléctricos se conviertan en un tema electoral en algunos países. Eso es un buen comienzo de lo que se requiere para combatir el cambio climático.
De hecho, los autos eléctricos ya existían desde hace más de 120 años y en el año de 1900 representaban únicamente un tercio de todos los automóviles en los Estados Unidos, la gente los buscaba porque eran limpios y además muy silenciosos, la desventaja era que el costo y el peso de las baterías era alto y así le dejó el camino libre a los motores de combustión interna.
La energía solar se ha convertido en una forma de energía muy barata, de hecho la más accesible en la historia de la humanidad, y las baterías de litio que son más livianas ahora se han vuelto más económicas. Estos inventos han permitido que los fabricantes de vehículos eléctricos se vuelvan más competitivos.
La energía solar se canaliza hacia la batería del vehículo eléctrico para que pueda proporcionar unos costos de funcionamiento mucho más bajos que los motores de combustión interna, por lo que los motores que son mucho más simples también significan costos de mantenimiento mucho más bajos.
Las innovaciones en el transporte público eléctrico son reales y en las últimas dos décadas ha habido avances notorios, sobre todo en tecnología inteligente en trenes y tranvías así como el frenado regenerativo y de sensores que permiten la suspensión activa. Este tipo de avances han sido aceptados por los fabricantes de vehículos eléctricos y ahora todos los autos eléctricos cuentan con un frenado regenerativo, lo que hace que aumente la eficiencia energética así como los sensores inteligentes que ayudan a la dirección y a la suspensión activa lo que significa que los autos cuenten con mayor seguridad y su conducción sea más suave.
En los autobuses se puede observar que cuentan con una movilidad similar a la de los rieles y esto es posible gracias a las nuevas tecnologías que fueron inventadas para el tren de alta velocidad, así que no hay razón por la que la tecnología solar deba limitarse a los automóviles. Todos los vehículos que cuentan con motor de combustión pueden ser reemplazados fácilmente por la electrificación.
Existen señales del potencial de la movilidad eléctrica, de hecho los scooters eléctricos están apareciendo en ciudades principales, otorgando a la gente una manera más corta, rápida y económica de viajar.
En el campo de las bicicletas eléctricas, son muy populares entre los viajeros y las familias que eventualmente eligen comprar una de este tipo lo hacen en lugar de un segundo automóvil. Alrededor del mundo, la micro movilidad eléctrica, así como las patinetas y bicicletas, está creciendo a más del 17 por ciento anual y para el año de 2030 se espera que se cuadrupliquen las ventas actuales que son de 50 mil millones de dólares.
Muchos países aún no cuentan con mucha ayuda de sus gobiernos para este tema, aunque por iniciativa propia están cambiando a todo tipo de vehículos eléctricos.
Los automóviles, bicicletas, motocicletas, tranvía sin rieles, autobuses y demás, pueden ser parte importante de la transición hacia la movilidad que es más barata y de primer mundo. Pero las políticas que se ofrecen hasta ahora sugieren que ninguna de las partes ha descubierto el punto de bifurcación que traerá la electrificación.
Como aún es muy temprana esta fase de electrificación, sería coherente permitir que la infraestructura de los países trabaje en la creación de direcciones estratégicas para cada modo de transporte eléctrico, incluso ya existen planes para una red de autobuses que forman parte del cambio hacia las cero emisiones y las políticas de vehículos eléctricos considerarían: Una micro movilidad eléctrica, un transporte público eléctrico, camiones eléctricos, trenes de carga y vehículos agrícolas.
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