Música, danza e historia con el Ballet Folklórico del IMCAR

Al sonido de los cascabeles y con un peculiar grito, los integrantes del Ballet Folklórico del IMCAR abrieron el telón con la “Danza de Indios Broncos”, cuyos vestuarios terminaron de hacer el marco perfecto en su presentación en el Teatro de la Ciudad.

Encabezados por el maestro Eder Daniel Alfaro Partida, se realizó un mágico “paseo” por la República Mexicana a través de sus bailes, en donde los zapateados y los atuendos llenos de color, remontan la tradición de cada estado.

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Revive Guanajuato con el son cubano

“Mi Glorioso Guanajuato” siguió dentro del programa y con toda la gala portaron trajes típicos y rindieron homenaje al estado, lo que valió el aplauso de pie de parte de los asistentes.

Conforme avanzaba el programa preparado para esta 49 edición del FIC, con una ejecución y coordinación perfecta hizo lucir cada paso de la danza.

Y las mujeres con rebozo extendido dieron paso a los sones de Jaral del Progreso, un tradicional bailable que no puede faltar en una noche tan especial.

Al llegar los sones y jarabes de Guanajuato, los bailarines aparecieron enfundados en calzón de manta con cintillos amarrados a los tobillos, una camisa con cordones que se entrecruzan amarrándose en un extremo de la cintura, un paliacate, un ceñidor rojo o guinda, un par de huaraches, un sombrero ancho plano y una cobija al hombro son las indumentarias masculinas para los bailarines del jarabe; mientras que el vestuario femenino está conformado por un rebozo, una blusa de manga larga y una falda larga con olanes, además de un par de zapatos o huaraches.

Con una ejecución apegada estrictamente a la reglas musicales de origen.

De esta manera llegaron los jaraberos de Nochistlan, los sones antiguos de pueblo para cerrar con la Costa de Nayarit con los bailables “Mi suerte”, “Vuela Paloma”, “El novillo despuntado”, “Mi lindo Nayarit”, “De Mazatlán a Acaponeta”, “El sauce y la palma” y “El toro mambo”, esta última resaltó con un hermoso faldeo de las mujeres, quienes hacen bailar a su “toro” (varones) a su ritmo y no faltó el grito y aplausos del público.

Los integrantes del ballet fueron alternando sus presentaciones para lograr cambio en sus atuendos, lo que hizo esta noche inolvidable.

Este extraordinario ballet que ha participado no sólo en eventos nacionales, sino de talla internacional en países como Taiwán, Corea del Sur, Roma, España, Colombia y Estados Unidos ejecutó cada pieza con calidad y destreza.