A pesar de la pandemia, un grupo de personas se organizan entre semana para entregar alimentos a alrededor de 80 personas por día en Irapuato, muchos de ellos migrantes que pasan por el municipio para cumplir el “sueño americano”, así como personas que viven en la calle y no tienen trabajo.
El Dato...
Alrededor de 80 personas, entre migrantes y en situación de calle, llegan todas las mañanas al comedor comunitario de San Juan Bosco para recibir alimentos.
Durante las mañanas, entre 60 y 80 personas hacen fila a un costado del templo San Juan Bosco, para recibir un desayuno completo, como pan, verduras, ensalada y carne, alimentos que son preparados por un grupo de personas organizadas por el sacerdote salesiano, Alejandro Guzmán Martínez, quien contó que llevan cinco años dando este apoyo a las personas más necesitadas.
El sacerdote contó que el proyecto comenzó por la gran necesidad de comedores comunitarios en Irapuato, ya que a diario llegan migrantes centroamericanos al municipio en su paso para ir a Estados Unidos, quienes en su mayoría no tienen para comer y carecen de recurso, mientras que también hay personas en situación de calle, quienes tampoco tienen para alimentarse y son más vulnerables a tener enfermedades.
Por ese motivo y aún en plena pandemia, todas las mañanas llegan alrededor de cinco personas a preparar los alimentos que son donados por la ciudadanía y algunas asociaciones, ahí, los migrantes e indigentes llegan para aprovechar la oportunidad de comer, por lo menos, una vez al día; sin embargo, el sacerdote salesiano aseguró, que también han llegado familias e incluso personas desempleadas para poder alimentarse, debido a la gran necesidad económica que tienen a causa de la contingencia.
“Por la pandemia, varios comedores ya cerraron, nosotros también estábamos a punto de cerrar, pero en cuanto se reactivó la economía, volvimos a recibir donaciones, bendito Dios, y hasta ahorita nos podemos mantener.
“Debería haber más comedores comunitarios, pues uno se da cuenta que por la situación económica va haber más pobreza, porque ahorita hay gente que no son de la calle y que perdió su trabajo, entonces hoy la familia no tiene que comer”.
Alejandro Guzmán Martínez exhortó a las personas a apoyar con donativos, ya sea económicamente o con alimentos, para que el comedor comunitario pueda persistir, por lo que todo aquel quiera donar puede acudir al lugar de martes a viernes a partir de las 10 de la mañana o, bien, también en la oficina del templo San Juan Bosco.
Oscar Acosta es una de la personas beneficiadas con un desayuno, quien es originario de Guatemala y viaja en tren para llegar a Estados Unidos, cntó que es muy cansado viajar por el país, más cuando se tiene mayor edad y no se cuenta con recursos para comprarse un alimento, por lo que señaló que este tipo de comedores comunitarios son de gran ayuda para los migrantes, pues los impulsan a continuar en su trayecto hacia el “sueño americano”.
Mientras que Alberto Hernández, quien es originario de Pachuca en el estado de México y es recién deportado de Estados Unidos, reconoció que al pasar por el comedor comunitario a cargo del templo San Juan Bosco, es una ayuda para el retorno a su hogar.