CELAYA, Gto.- ¡Ya basta!, es el clamor de la población guanajuatense, ante la imparable oleada de violencia en nuestro territorio. Hay hartazgo de la sociedad al ver que nuestras autoridades parecen estar de brazos cruzados, pese a que Guanajuato se ubica en el primer lugar nacional de la inseguridad.
Los sucesos más recientes narran, por ejemplo, masacres de ocho jóvenes en Apaseo el Alto y, ayer, el cobarde asesinato de dos policías en Celaya cuando viajaban a bordo de su patrulla.
Los ciudadanos no pueden salir a la calle sin el riesgo de convertirse en un “daño colateral”, resultado de un fuego cruzado o una confusión. Hay miedo.
La gente está en estado de indefensión porque ¿qué puede esperar si los policías también son víctimas? ¿A dónde vamos ir a parar?
El operativo “Golpe de timón” ha quedado rebasado, no ha habido desde entonces un cambio de estrategia. La ciudadanía no sabe qué esperar de sus autoridades. Ni siquiera un mensaje.
Tan sólo en el primer trimestre de este año hubo mil 163 homicidios dolosos en la entidad contra los 947 del mismo periodo del año anterior, de los cuales 149 fueron en León, en Celaya 121, en Irapuato 105 y en Salamanca 96.
Ayer fueron ejecutados a quemarropa dos policías municipales más en Celaya. En lo que va del año suman 11 en esta ciudad y 34 en todo el Estado, de acuerdo con el registro de la organización civil Causa en Común.
Sin embargo, aunque la estadística de los asesinatos aumenta cada día, la impunidad también, pues hasta el momento, la Fiscalía General del Estado no ha dado a conocer la detención de los autores materiales o intelectuales de ninguno de ellos.
Y no sólo eso, sino que ni su titular Carlos Zamarripa Aguirre, ni Alvar Cabeza de Vaca, secretario de Seguridad Pública, han salido a dar la cara o explicaciones de lo que está pasando en el corredor industrial respecto a estos ataques a policías, que no son los únicos, pues también han sido víctimas otros elementos de seguridad pública: agentes de Tránsito y custodios de Ceresos.
Ni tampoco han salido a dar soluciones sobre la violencia de que son presa los ciudadanos en general, quienes contemplan con indignación los asesinatos cotidianos incluso a plena luz del día o incluso por el simple robo de su automóvil u otro tipo de delitos del fuero común como robos en casas habitación, en negocios, fraudes, extorsiones, secuestros, los motorratones, asaltos, robo de combustible, etc.
Cada vez son más comunes las masacres colectivas en diferentes municipios sin que la autoridad ministerial haya encontrado la forma de detenerlas.
La última de ellas fue la de ocho personas en una gasolinería en Apaseo El Alto. Pero no la única. El 25 de enero, seis personas sin vida, entre ellos un menor de seis años de edad, fue el saldo que dejó un fuerte ataque armado contra un grupo de personas que convivían en la vía pública, en la colonia Tresguerras de Celaya.
En Irapuato, el 28 de enero 8 personas fueron asesinadas a balazos en dos hechos distintos. El 11 de abril, se dio la muerte de seis personas durante el ataque armado ocurrido en la colonia Plan Guanajuato.
En Salamanca, el 14 de marzo tres personas muertas y por lo menos tres más heridas fue el saldo de un ataque a manos de un comando armado en el bar “La Típica”.
El 20 de abril, en ese mismo municipio, cuatro muertos y tres lesionados fue el saldo de un ataque armado en una tienda en la colonia San Juan de la Presa.
En medio de estos hechos de sangre, en los recientes días a hubo cambios en los mandos de diferentes corporaciones. El 13 de mayo, dejó el cargo Claudia Elizabeth Mota Ávalos, subprocuradora de la Fiscalía en la región que encabeza Irapuato, quien fue sustituida este lunes por Israel Aguado Silva, quien hasta ese día había sido subprocurador en la región que encabeza Celaya.
También acaban de relevar comandantes en la región y zona militares. El 1 de mayo tomó posesión Norberto Cortés Rodríguez como comandante de la XII Región Militar, con sede en Irapuato.
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