Enrique Díaz Díaz, obispo de la Diócesis de Irapuato, dijo estar en contra de la aprobación del consumo de la marihuana en el Senado de la República, pues señaló que el hecho de que sea legal no significa que sea bueno, y que en lugar de revolver el problema de la violencia y narcotráfico, promueve deterioro físico, mental y espiritual de las personas.
El obispo de la Diócesis de Irapuato mencionó que aprobar una ley para que la gente se drogue y consuma marihuana no contribuye en nada a mejorar la sociedad, donde lo único que se promueve es el deterioro físico, mental y espiritual de las personas, con graves consecuencias.
De igual manera, la legalización de la marihuana en México, no resuelve el problema de la violencia ni el narcotráfico, sino que creará más adictos y promoverá accidentes y daño a la salud de las personas, donde ocasionará daños irreparables, para los que no se prevén remedios al poner en riesgo a las familias, pues sólo contribuye a la degradación de la sociedad.
“Que sea legal no quiere decir que sea bueno, y no podemos quedarnos nada más en gritar y reclamar, sino frente a todas estas situaciones de legalizaciones, del aborto, de la eutanasia, de tantas cosas si es necesario levantar la voz, contra estas legislaciones aberrantes.
“Aceptamos que hay un mundo legal y un mundo moral, donde no siempre se encuentra , es una ley que nosotros consideramos inmoral”.
Por ello, Enrique Díaz Díaz señaló que lo más importante y urgente es que se haga más solida la educación, los valores y en la evangelización de las personas, ya que cando una persona esta bien formada, no buscará fomentar estas practicas, como lo es el consumo de la marihuana.
“Cuando una persona esta formada en la fe, jamás se adiará a estas legislaciones contrarias a sus valores y a las profundas adicciones, si la prostitución, la droga, el aborto, la eutanasia son legalizadas por quienes detectan el poder bajo el influjo de ideologías, la persona formada en la fe continuará y asumirá más sus valores, convicciones más que nunca y buscará no fomentar estas cosas que, legalizadas o no, van dañando a la persona”.