Pablo Álvarez es un hombre que ha dedicado 30 años de su vida a la albañilería y desde entonces cada 3 de mayo día que se conmemora la Santa Cruz asiste a la Catedral de Irapuato para dar gracias a Dios por un año más de vida y trabajo.
Yo a los 18 años empecé de chalán, tenía un tío que era albañil y me trajo de chalán, de ahí me empezó a gustar y me case, la misma necesidad lo hace a uno porque en el campo se gana muy poquito
A los 18 años de edad Pablo comenzó a dedicarse a la albañilería como peón, ayudando a uno de sus tíos en obras de construcción, ya que la necesidad de obtener un ingreso económico mayor lo orilló a abandonar el campo para incursionar en la construcción de viviendas.
"Yo a los 18 años empecé de chalán, tenía un tío que era albañil y me trajo de chalán, de ahí me empezó a gustar y me case, la misma necesidad lo hace a uno porque en el campo se gana muy poquito".
Pablo Álvarez relató que cada año se da cita a la Catedral como forma de agradecimiento a Dios, ya que durante todo el año cuenta con trabajo, pues constantemente es contratado para la edificación de viviendas en los fraccionamientos de reciente creación en Irapuato.
El albañil manifestó que durante su etapa como maestro albañil ha participado en la construcción de 15 viviendas en Valle Verde, una en Las Plazas y las gradas de las canchas deportivas de la Preparatoria Oficial de Irapuato.
"He hecho muchas casas en Valle Verde hice 15, en Las Plazas una, las gradas de la preparatoria yo las hice, es muy bonito hacer albañilería porque es un arte. Es muy bonita la obra y le gusta a uno hacerlo, uno con su trabajo se va ganando clientes, si haces bien tu trabajo la gente te vuelve a contratar y si no te vas creando mala fama".