/ miércoles 27 de diciembre de 2023

Luce en todo su esplendor el majestuoso Teatro Juárez en la ciudad de Guanajuato

La joya arquitectónica del teatro Juárez cumplirá 120 años de su creación

Guanajuato, Gto. (OEM).- Uno de los majestuosos espacios culturales que representan una joya arquitectónica en la ciudad de Guanajuato, es sin lugar a dudas el Teatro Juárez que ha recibido a innumerables artistas de varias partes del mundo quienes han ofrecido su talento a los espectadores con sus presentaciones de música, danza y teatro dentro de los Festivales Internacionales Cervantinos.

Te recomendamos: Regresa el Teatro Juárez a la vida cultural y artística de Guanajuato

El pasado 27 de octubre, cumplió 120 años de su inauguración y luego de un proceso de restauración integral que se prolongó por más de 20 meses, el teatro tiene nuevas soluciones de accesibilidad universal como un elevador, salva escaleras y un palco habilitado con espacios para sillas de ruedas.

Toda una joya arquitectónica representa el majestuoso Teatro Juárez.

Fue restaurado el foyer, el salón tocador y el fumador, se corrigieron grietas y se recuperaron elementos ornamentales, recobrando los colores originales; también se restauró el escudo de armas de Guanajuato, se le dotó de iluminación led, se renovó la concha acústica, se colocó un circuito cerrado de TV. Se renovaron las instalaciones eléctricas, sanitarias y se instaló un moderno sistema contra incendios por referir algunas de las intervenciones

El Teatro Juárez fue reinaugurado con la presentación de la ópera Aída, en versión concierto, con la participación de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato institución protagonista del renacimiento cultural y artístico de la ciudad con 71 años de trayectoria.

Participaron también solistas como María Katzarava, Rosa Muñoz y Octavio Rivas, bajo la dirección del maestro Roberto Beltrán Zavala. Participarán más de 120 artistas. Sin duda fue un gran día para Guanajuato y sus pobladores.

El cronista de la ciudad, José Eduardo Vidaurri Aréchiga relata algunos acontecimientos destacados del proceso de construcción del gran Teatro Juárez de Guanajuato, de la majestuosa inauguración ocurrida hace 120 años y de la reinauguración de este, luego de un necesario, largo, minucioso y profesional proceso de intervención para mejorar sus condiciones y garantizar su estabilidad para los próximos años.

Era el 3 de agosto de 1872 cuando el gobernador de Guanajuato, Florencio Antillón, determinó “construir en esta capital un nuevo y soberbio teatro, cuya magnificencia, si es posible, lo coloque en primera línea entre todos los edificios de su clase con que cuenta la Republica.” Así lo refirió Lucio Marmolejo en sus Efemérides Guanajuatenses, o datos para formar la historia de la ciudad de Guanajuato, en la página 245 del tomo IV de su monumental obra.

Refiere también que ese mismo día presentó los diseños y planos al prestigiado arquitecto José Noriega, que el sitio elegido para la monumental obra fue el que en esa época ocupaba el Hotel Emporio y la antigua Plaza de la Constancia, donde antes había estado una parte del conjunto arquitectónico del convento de San Diego. Marmolejo cerró la efeméride dando la noticia de que la construcción del nuevo teatro fue recibida, de inicio, con fuerte oposición de la población, específicamente por temor a que se fuera a demoler el templo de San Diego.

Más adelante, en la efeméride correspondiente al primero de enero de 1873, Marmolejo refirió que cuando que se comenzaron a derribar el Hotel del Emporio y se comenzaron a hacer las zanjas para los cimientos inesperadamente encontraron los restos de un convento subterráneo, habitaciones, pasillos y patios, como si se tratara de una pequeña Pompeya, lo que provocó que las zanjas para encontrar suelo firme alcanzaron una profundidad considerablemente mayor a la estimada originalmente.

Suspenden la obra por primera ocasión

El 5 de mayo de 1873 se colocó la primera piedra de cuartón labrado en el marco de una gran ceremonia para conmemorar el aniversario 11 del triunfo de las tropas mexicanas sobre el ejército francés, el acto fue presidido por el gobernador Florencio Antillón, al evento asistió también el ingeniero-arquitecto José Noriega que llevaba la obra. La ciudad sufrió en ese periodo inundaciones, pestes y truenos subterráneos pero la obra del teatro prosiguió a paso lento, fue el 31 de diciembre de 1874 cuando se suspendieron por primera vez los trabajos porque, aparentemente, la paz estaba amenazada por rumores de una nueva revolución.

Un “aficionado” (Ramón Gómez Couto), recopiló interesantes datos sobre todo el proceso de la construcción del magnífico Teatro Juárez que se publicaron, en 1903, en un folleto impreso en la tipografía de la Escuela Industrial Militar. En ella, el “aficionado” registró que en la compra del Hotel Emporio se invirtieron $30,020.03 centavos. También registró que del inicio de la obra hasta la suspensión que hemos referido se habían gastado $147,841.38 centavos. Entonces se habían construido, en parte, los muros laterales y el pórtico hasta la altura de las columnas.

La obra quedó detenida por mucho tiempo. En marzo de 1875 se desprendió la madera de unos andamios provocando la muerte de la señorita Concepción Rodríguez que caminaba por ahí en ese momento. Por esa época la construcción abandonada se usó como establo y caballerizas, manifiesta el historiador Vidaurri Aréchiga.

Casi al terminar el año 1892 el gobernador Manuel González tomó la decisión de reanudar la construcción del Teatro Juárez, los trabajos comenzaron el lunes 30 de enero de 1893, ahora bajo la dirección del célebre arquitecto Antonio Rivas Mercado y del ingeniero Alberto Malo, responsable de los efectos decorativos del Teatro.

Rivas Mercado y Alberto Malo hicieron notables adaptaciones al proyecto original, viajaron a los Estados Unidos para conseguir insumos y ornamentos gastando $114,720.80 centavos. y otros $55,837.70. Esa segunda etapa constructiva concluyó el 8 de mayo de 1893 como consecuencia del fallecimiento del gobernador Manuel González.

En esta ocasión la interrupción fue de pocos días, el nuevo gobernador don Joaquín Obregón González impulsó a partir del 12 de mayo de 1893 la reanudación de los trabajos, eso vino bien a la población de la ciudad que experimentó una reactivación económica por la generación de empleos, principalmente entre los gremios artesanales. El gran Teatro Juárez estaba, casi concluido, aunque la obra quedó suspendida de nueva cuenta el 24 de julio de 1895. La parte constructiva se terminó luego de intermitencias en 1897.

Eduardo Vidaurri apuntó “no tenemos precisión de cuando se reanudaron las obras para concluir los detalles del recinto, pero sabemos que quedó listo, luego de la intervención decorativa, en junio de 1903”.

También se colocaron las esculturas de los leones de bronce que custodian las escalinatas, elaboradas por Jesús F. Contreras. En el descanso de la escalera que conduce al Foyer se colocó un lienzo de gran formato del escudo de armas de Santa Fe de Guanajuato elaborado por José Escudero y Esprónceda.

Las musas fueron elaboradas en EEUU

Gran parte del mobiliario llegó de París y el gran candil central llegó de Inglaterra. Las musas fueron elaboradas en los Estados Unidos de Norteamérica por la fundidora W. Mullins y Cía. y estas son: Calíope, musa de la elocuencia, la belleza y la poesía; Clío, musa de la historia; Erato, musa de la poesía lírica-amorosa; Euterpe, musa de la música; Melpómene, musa de la tragedia, Polimnia, musa de los cantos sagrados y la poesía sacra; Talía, musa de la comedia y de la poesía bucólica; Terpsícore, musa de la danza y, Urania, musa de la astronomía y de las ciencias exactas.

A principios de septiembre de 1903 comenzaron a correr las invitaciones para asistir a los múltiples eventos que se programaron con motivo de la visita del presidente de la República, Porfirio Díaz. El 26 de octubre todo era expectación, el Jardín del Cantador fue elegantemente adornado porque ahí llegaron los tranvías en los que viajaba el presidente que fue recibido con una gran ovación.

El presidente y la comitiva fueron acompañados al centro de la ciudad en medio de muestras de júbilo por parte de la sociedad, una descubierta de 17 jinetes abrió el contingente, se habían colocado en distintos puntos arcos de flores, cortinas de seda, adornos florales con grandes cuadros que tenían escritas las palabras “Paz” y “Progreso”. Se colocó un gran letrero luminoso en el cerro de San Miguel con la palabra “Bienvenidos” que era perfectamente visible desde la casa del gobernador que hospedó en su residencia al presidente.

El 27 de octubre a las 10:30 de la mañana el presidente Díaz inauguró el Palacio Legislativo, luego salió al balcón central del palacio para saludar a los guanajuatenses iniciando así de manera oficial las actividades. Luego procedió a la develación de la Estatua de la Paz, extraordinaria escultura de Jesús F. Contreras.

Por la tarde fue inaugurado el Parque de las Acacias y el majestuoso monumento a Miguel Hidalgo que fue modelado en Roma por Guis Trabachi y fundido por Nelli, el proyecto y la construcción del monumento que sostiene la escultura fue obra del arquitecto Ernesto Brunel.

Luego visitó las instalaciones de la Compañía de Fuerza Motriz del Duero en el barrio de Pastita en donde los vecinos adornaron con el lujo posible sus fachadas para halagar al presidente en su paso, el barrio de Pastita lució completamente iluminado.

La inauguración del teatro Juárez

Las actividades del pasado 27 de octubre concluyeron con la inauguración del Gran “Teatro Juárez” que comenzó a llenarse desde las ocho de la noche. Para presenciar la puesta en escena de la ópera Aida de Verdi.

El reloj de la parroquia de Guanajuato marcaba las nueve de la noche a la par que el clarín de órdenes anunciaba el ingreso del presidente Díaz al Teatro Juárez, luego de ocupar su lugar se entonó el Himno Nacional Mexicano interpretado por un magistral coro integrado por mujeres guanajuatenses.

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Luego se abrió el telón y comenzó la función para presenciar, como ya referimos, la ópera Aida de Guiuseppe Verdi, finalizó el cronista de la ciudad, Eduardo Vidaurri Aréchiga.

Guanajuato, Gto. (OEM).- Uno de los majestuosos espacios culturales que representan una joya arquitectónica en la ciudad de Guanajuato, es sin lugar a dudas el Teatro Juárez que ha recibido a innumerables artistas de varias partes del mundo quienes han ofrecido su talento a los espectadores con sus presentaciones de música, danza y teatro dentro de los Festivales Internacionales Cervantinos.

Te recomendamos: Regresa el Teatro Juárez a la vida cultural y artística de Guanajuato

El pasado 27 de octubre, cumplió 120 años de su inauguración y luego de un proceso de restauración integral que se prolongó por más de 20 meses, el teatro tiene nuevas soluciones de accesibilidad universal como un elevador, salva escaleras y un palco habilitado con espacios para sillas de ruedas.

Toda una joya arquitectónica representa el majestuoso Teatro Juárez.

Fue restaurado el foyer, el salón tocador y el fumador, se corrigieron grietas y se recuperaron elementos ornamentales, recobrando los colores originales; también se restauró el escudo de armas de Guanajuato, se le dotó de iluminación led, se renovó la concha acústica, se colocó un circuito cerrado de TV. Se renovaron las instalaciones eléctricas, sanitarias y se instaló un moderno sistema contra incendios por referir algunas de las intervenciones

El Teatro Juárez fue reinaugurado con la presentación de la ópera Aída, en versión concierto, con la participación de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato institución protagonista del renacimiento cultural y artístico de la ciudad con 71 años de trayectoria.

Participaron también solistas como María Katzarava, Rosa Muñoz y Octavio Rivas, bajo la dirección del maestro Roberto Beltrán Zavala. Participarán más de 120 artistas. Sin duda fue un gran día para Guanajuato y sus pobladores.

El cronista de la ciudad, José Eduardo Vidaurri Aréchiga relata algunos acontecimientos destacados del proceso de construcción del gran Teatro Juárez de Guanajuato, de la majestuosa inauguración ocurrida hace 120 años y de la reinauguración de este, luego de un necesario, largo, minucioso y profesional proceso de intervención para mejorar sus condiciones y garantizar su estabilidad para los próximos años.

Era el 3 de agosto de 1872 cuando el gobernador de Guanajuato, Florencio Antillón, determinó “construir en esta capital un nuevo y soberbio teatro, cuya magnificencia, si es posible, lo coloque en primera línea entre todos los edificios de su clase con que cuenta la Republica.” Así lo refirió Lucio Marmolejo en sus Efemérides Guanajuatenses, o datos para formar la historia de la ciudad de Guanajuato, en la página 245 del tomo IV de su monumental obra.

Refiere también que ese mismo día presentó los diseños y planos al prestigiado arquitecto José Noriega, que el sitio elegido para la monumental obra fue el que en esa época ocupaba el Hotel Emporio y la antigua Plaza de la Constancia, donde antes había estado una parte del conjunto arquitectónico del convento de San Diego. Marmolejo cerró la efeméride dando la noticia de que la construcción del nuevo teatro fue recibida, de inicio, con fuerte oposición de la población, específicamente por temor a que se fuera a demoler el templo de San Diego.

Más adelante, en la efeméride correspondiente al primero de enero de 1873, Marmolejo refirió que cuando que se comenzaron a derribar el Hotel del Emporio y se comenzaron a hacer las zanjas para los cimientos inesperadamente encontraron los restos de un convento subterráneo, habitaciones, pasillos y patios, como si se tratara de una pequeña Pompeya, lo que provocó que las zanjas para encontrar suelo firme alcanzaron una profundidad considerablemente mayor a la estimada originalmente.

Suspenden la obra por primera ocasión

El 5 de mayo de 1873 se colocó la primera piedra de cuartón labrado en el marco de una gran ceremonia para conmemorar el aniversario 11 del triunfo de las tropas mexicanas sobre el ejército francés, el acto fue presidido por el gobernador Florencio Antillón, al evento asistió también el ingeniero-arquitecto José Noriega que llevaba la obra. La ciudad sufrió en ese periodo inundaciones, pestes y truenos subterráneos pero la obra del teatro prosiguió a paso lento, fue el 31 de diciembre de 1874 cuando se suspendieron por primera vez los trabajos porque, aparentemente, la paz estaba amenazada por rumores de una nueva revolución.

Un “aficionado” (Ramón Gómez Couto), recopiló interesantes datos sobre todo el proceso de la construcción del magnífico Teatro Juárez que se publicaron, en 1903, en un folleto impreso en la tipografía de la Escuela Industrial Militar. En ella, el “aficionado” registró que en la compra del Hotel Emporio se invirtieron $30,020.03 centavos. También registró que del inicio de la obra hasta la suspensión que hemos referido se habían gastado $147,841.38 centavos. Entonces se habían construido, en parte, los muros laterales y el pórtico hasta la altura de las columnas.

La obra quedó detenida por mucho tiempo. En marzo de 1875 se desprendió la madera de unos andamios provocando la muerte de la señorita Concepción Rodríguez que caminaba por ahí en ese momento. Por esa época la construcción abandonada se usó como establo y caballerizas, manifiesta el historiador Vidaurri Aréchiga.

Casi al terminar el año 1892 el gobernador Manuel González tomó la decisión de reanudar la construcción del Teatro Juárez, los trabajos comenzaron el lunes 30 de enero de 1893, ahora bajo la dirección del célebre arquitecto Antonio Rivas Mercado y del ingeniero Alberto Malo, responsable de los efectos decorativos del Teatro.

Rivas Mercado y Alberto Malo hicieron notables adaptaciones al proyecto original, viajaron a los Estados Unidos para conseguir insumos y ornamentos gastando $114,720.80 centavos. y otros $55,837.70. Esa segunda etapa constructiva concluyó el 8 de mayo de 1893 como consecuencia del fallecimiento del gobernador Manuel González.

En esta ocasión la interrupción fue de pocos días, el nuevo gobernador don Joaquín Obregón González impulsó a partir del 12 de mayo de 1893 la reanudación de los trabajos, eso vino bien a la población de la ciudad que experimentó una reactivación económica por la generación de empleos, principalmente entre los gremios artesanales. El gran Teatro Juárez estaba, casi concluido, aunque la obra quedó suspendida de nueva cuenta el 24 de julio de 1895. La parte constructiva se terminó luego de intermitencias en 1897.

Eduardo Vidaurri apuntó “no tenemos precisión de cuando se reanudaron las obras para concluir los detalles del recinto, pero sabemos que quedó listo, luego de la intervención decorativa, en junio de 1903”.

También se colocaron las esculturas de los leones de bronce que custodian las escalinatas, elaboradas por Jesús F. Contreras. En el descanso de la escalera que conduce al Foyer se colocó un lienzo de gran formato del escudo de armas de Santa Fe de Guanajuato elaborado por José Escudero y Esprónceda.

Las musas fueron elaboradas en EEUU

Gran parte del mobiliario llegó de París y el gran candil central llegó de Inglaterra. Las musas fueron elaboradas en los Estados Unidos de Norteamérica por la fundidora W. Mullins y Cía. y estas son: Calíope, musa de la elocuencia, la belleza y la poesía; Clío, musa de la historia; Erato, musa de la poesía lírica-amorosa; Euterpe, musa de la música; Melpómene, musa de la tragedia, Polimnia, musa de los cantos sagrados y la poesía sacra; Talía, musa de la comedia y de la poesía bucólica; Terpsícore, musa de la danza y, Urania, musa de la astronomía y de las ciencias exactas.

A principios de septiembre de 1903 comenzaron a correr las invitaciones para asistir a los múltiples eventos que se programaron con motivo de la visita del presidente de la República, Porfirio Díaz. El 26 de octubre todo era expectación, el Jardín del Cantador fue elegantemente adornado porque ahí llegaron los tranvías en los que viajaba el presidente que fue recibido con una gran ovación.

El presidente y la comitiva fueron acompañados al centro de la ciudad en medio de muestras de júbilo por parte de la sociedad, una descubierta de 17 jinetes abrió el contingente, se habían colocado en distintos puntos arcos de flores, cortinas de seda, adornos florales con grandes cuadros que tenían escritas las palabras “Paz” y “Progreso”. Se colocó un gran letrero luminoso en el cerro de San Miguel con la palabra “Bienvenidos” que era perfectamente visible desde la casa del gobernador que hospedó en su residencia al presidente.

El 27 de octubre a las 10:30 de la mañana el presidente Díaz inauguró el Palacio Legislativo, luego salió al balcón central del palacio para saludar a los guanajuatenses iniciando así de manera oficial las actividades. Luego procedió a la develación de la Estatua de la Paz, extraordinaria escultura de Jesús F. Contreras.

Por la tarde fue inaugurado el Parque de las Acacias y el majestuoso monumento a Miguel Hidalgo que fue modelado en Roma por Guis Trabachi y fundido por Nelli, el proyecto y la construcción del monumento que sostiene la escultura fue obra del arquitecto Ernesto Brunel.

Luego visitó las instalaciones de la Compañía de Fuerza Motriz del Duero en el barrio de Pastita en donde los vecinos adornaron con el lujo posible sus fachadas para halagar al presidente en su paso, el barrio de Pastita lució completamente iluminado.

La inauguración del teatro Juárez

Las actividades del pasado 27 de octubre concluyeron con la inauguración del Gran “Teatro Juárez” que comenzó a llenarse desde las ocho de la noche. Para presenciar la puesta en escena de la ópera Aida de Verdi.

El reloj de la parroquia de Guanajuato marcaba las nueve de la noche a la par que el clarín de órdenes anunciaba el ingreso del presidente Díaz al Teatro Juárez, luego de ocupar su lugar se entonó el Himno Nacional Mexicano interpretado por un magistral coro integrado por mujeres guanajuatenses.

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