/ martes 25 de diciembre de 2018

Pasan migrantes fría Navidad en Irapuato

Silverio Ruiz Domínguez, es originario de Veracruz y tiene cerca de dos días viviendo en Irapuato, contó que iba hacia Estados Unidos pero se regresó debido a las dificultades de cruzar hacia el otro país.

Con frío, sin familia y con hambre, es como pasan la Navidad en Irapuato las decenas de migrantes que llegan para seguir su camino hacia el anhelado “sueño americano”.

Silverio Ruiz Domínguez, es originario de Veracruz y tiene cerca de dos días viviendo en Irapuato, contó que iba hacia Estados Unidos pero se regresó debido a las dificultades de cruzar hacia el otro país, por lo que ahora continúa su viaje hacia Costa Rica, ya que allá tiene familia.

Mencionó que salió de su casa hace dos meses y desde entonces ha estado viajando en tren, siempre solo y con su mochila; sin embargo, hay ocasiones en donde conoce a más migrantes que buscan el “sueño americano” y se hacen compañía por un par de días, hasta que cada uno logra tomar el tren y seguir su camino.

Silverio contó que tiene familia en Campeche, Hermosillo, Cancún y Veracruz, pero al estar en Irapuato no tuvo la oportunidad de pasar Navidad con ellos; sin embargo, mencionó que hizo un amigo hondureño, con el que pasó la noche y compartió la comida que los irapuatenses le regalaron en la Nochebuena.


“Una personas se nos acercó y nos regaló pollo y carnitas, estábamos a come y come, entre todos nos compartimos la comida, también un señor me regaló 200 pesos y me compré puras golosinas. Pasamos mucho frío, pero gracias a Dios aquí estamos”.

No obstante, Silverio aseguró que los irapuatenses no están siendo tan amables con los hondureños, ni siquiera en la víspera navideña, ya que en ocasiones llegan personas a agredirlos y a violentarlos.

“Para no meternos en problemas, le dije a mi amigo hondureño que nos fuéramos a una casa sola que esta en un baldío, ahí a lo lejos de los demás no nos metemos en problemas”.

En ocasiones, algunos irapuatenses acuden a las vías del tren a regalar ropa como suéteres, calzado, chamarras y gorras, así como también mochilas y comida a los migrantes, porque a pesar de no estar con sus familias y quizá sin dinero, puedan pasar una cálida Navidad.


Con un clima frío, con hambre, sin familia, con muy poco dinero y siendo vulnerable a la inseguridad es como los migrantes pasan todas la noches en Irapuato y el resto del país; Silverio seguirá en Irapuato hasta que pase el tren y logre subir, ahí seguirá recorriendo el país hasta llegar a Costa Rica.

Con frío, sin familia y con hambre, es como pasan la Navidad en Irapuato las decenas de migrantes que llegan para seguir su camino hacia el anhelado “sueño americano”.

Silverio Ruiz Domínguez, es originario de Veracruz y tiene cerca de dos días viviendo en Irapuato, contó que iba hacia Estados Unidos pero se regresó debido a las dificultades de cruzar hacia el otro país, por lo que ahora continúa su viaje hacia Costa Rica, ya que allá tiene familia.

Mencionó que salió de su casa hace dos meses y desde entonces ha estado viajando en tren, siempre solo y con su mochila; sin embargo, hay ocasiones en donde conoce a más migrantes que buscan el “sueño americano” y se hacen compañía por un par de días, hasta que cada uno logra tomar el tren y seguir su camino.

Silverio contó que tiene familia en Campeche, Hermosillo, Cancún y Veracruz, pero al estar en Irapuato no tuvo la oportunidad de pasar Navidad con ellos; sin embargo, mencionó que hizo un amigo hondureño, con el que pasó la noche y compartió la comida que los irapuatenses le regalaron en la Nochebuena.


“Una personas se nos acercó y nos regaló pollo y carnitas, estábamos a come y come, entre todos nos compartimos la comida, también un señor me regaló 200 pesos y me compré puras golosinas. Pasamos mucho frío, pero gracias a Dios aquí estamos”.

No obstante, Silverio aseguró que los irapuatenses no están siendo tan amables con los hondureños, ni siquiera en la víspera navideña, ya que en ocasiones llegan personas a agredirlos y a violentarlos.

“Para no meternos en problemas, le dije a mi amigo hondureño que nos fuéramos a una casa sola que esta en un baldío, ahí a lo lejos de los demás no nos metemos en problemas”.

En ocasiones, algunos irapuatenses acuden a las vías del tren a regalar ropa como suéteres, calzado, chamarras y gorras, así como también mochilas y comida a los migrantes, porque a pesar de no estar con sus familias y quizá sin dinero, puedan pasar una cálida Navidad.


Con un clima frío, con hambre, sin familia, con muy poco dinero y siendo vulnerable a la inseguridad es como los migrantes pasan todas la noches en Irapuato y el resto del país; Silverio seguirá en Irapuato hasta que pase el tren y logre subir, ahí seguirá recorriendo el país hasta llegar a Costa Rica.

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