Pelé, el amigo de El Sol de Irapuato

Era mayo de 1970, cuando un joven brasileño de nombre, Edson Arantes do Nascimiento, Pelé, celebraba su partido número 100 con la verdeamarela, e Irapuato era la sede de ese histórico partido.

En ese momento, la selección de brasileña había escogido a Guanajuato como su centro de concentración rumbo al mundial, por lo cual fue que Irapuato fue la sede ideal para ese partido en el El Rey cumpliría su centenar de partidos defendiendo a su amada selección, en el que le ganó al equipo local 3 por 0.

Antes de ese 24 de mayo de 1970, tres días antes para ser exacto, Irapuato y la Selección de Brasil sostuvieron otro partido, pero a puerta cerrada en el que el equipo local se impuso a los amazónicos con marcador de 3 goles a 2. Por parte de Irapuato, Miguel Ángel Perrichón anotó gol en dos ocasiones junto a Marco Antonio Sánchez Moya. Por el lado de Brasil El Rey hacía lo mismo en dos ocasiones.

La ciudad fresera colapsó, a euforia por la presencia del futbolista en el estadio Irapuato podía percibirse en las tribunas del inmueble. Según relatan, desde su inauguración dos años antes no había lucido tan concurrido hasta ese momento.

El día que Pelé se convirtió en amigo de El Sol de Irapuato

Luego del emocionante partido, el entonces director de El Sol de Irapuato, Alfonso Chico Patiño, fue el encargado de darle a Pelé el trofeo conmemorativo, el cual era un sombrero charro realizado en plata, como homenaje a su trayectoria y como reconocimiento a sus 100 partidos con la Selección de Brasil.

El reconocimiento que le fue entregado a Pelé fue tan de su agrado que viajó con el Brasil, y hoy por hoy, casi 52 años después, ese trofeo forma parte del Museo de Pelé, ubicado en Valongo, en Río de Janeiro, donde en cuatro mil metros cuadrados está contenida la historia de Edson Arantes Do Nascimento y quien en su corazón se llevó al pueblo de Irapuato y el reconocimiento que le hiciera El Sol de Irapuato en aquel lejano mayo de 1970.

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Este 29 de diciembre del 2022, el futbol y el mundo están de luto, pero felices por haber conocido del mejor jugador del mundo, el cual a sus 82 años dejó el mundo terrenal, pero seguramente nunca será olvidado por aquellos amantes del fútbol del mundo y por su puesto de los Irapuatenses.