Pide obispo ser responsables con la salud y el medio ambiente

Enrique Díaz Díaz, obispo de la Diócesis de Irapuato, hizo un llamado a la población a ser conscientes del riesgo de hacer fiestas y reuniones para Año Nuevo, así como de la realización de fogatas y quemas, pues señaló que es importante cuidar la salud de los seres queridos y ser responsables con el medio ambiente.

El obispo de Irapuato dijo que hay preocupación ante el incremento de contagios y fallecidos de coronavirus, pues señaló que es importante que las personas hagan caso a las medidas sanitarias y al resguardo en casa, donde en estos momentos las fiestas y las reuniones deben realizarse con toda responsabilidad y respeto por la salud de los demás, principalmente ahora en Año Nuevo que las familias acostumbran celebrar.

Así Lo Dijo...

“Vienen las fiestas de fin de año y a veces hay fogatas y convivencias, tengamos muchos cuidado con nosotros mismos y con los demás, seamos responsables y también responsables con la naturaleza”.

Enrique Díaz Díaz | Obispo de la Diócesis de Irapuato.

Sin embargo, no sólo eso, sino también a quemar fogatas y pirotecnia, lo cual daña y contamina al medio ambiente, ya que esta es un práctica que suelen hacer las familias al inicio del año.

Señaló que es importante que las personas sean responsables con su salud, más ahora por los festejos de Año Nuevo.

“La insistencia con las familias y sacerdotes, estamos muy preocupados porque cada día hay más contagios y más fallecidos (...) nos han puesto en semáforo rojo, pero como que no hacemos mucho caso a esto y celebramos Navidad y Año Nuevo, lo tenemos que hacer con todo el cuidado y el respeto.

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“También vienen las fiestas de fin de año y a veces hay fogatas y convivencias, tengamos muchos cuidado con nosotros mismos y con los demás, seamos responsables y también responsables con la naturaleza”.

Además, Enrique Díaz Díaz mencionó que es las personas vean el inicio de un nuevo año con fraternidad y solidaridad, donde el apoyo sea mutuo, y siempre haya interés en ayudar a los demás, especialmente a los que menos tienen.

“No nos acostumbremos a desviar la mirada, sino comprometámonos cada día, para formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos a los otros”.