REFLEJOS DE SOL

“AÑO DE HIDALGO”

Faltan dos meses par que concluyan su gestión los actuales presidentes municipales de la entidad y los 36 diputados locales de la LXIV Legislatura que, suponemos, se encuentran inmersos en los procesos de rendición de cuentas y corte de caja para entregar a sus sucesores. El Congreso del estado, que es también un ente fiscalizador, adoptó las medidas concernientes para evitar que haya saqueo de las arcas públicas, esto es, el conocidísimo “año de Hidalgo”.

SAGRADO

“El dinero público es dinero sagrado y debe ser cuidado”, ha dicho el diputado irapuatense Víctor Zanella Huerta ante el inminente cierre de las administraciones municipales de los 46 municipios mismas que, huelga decir, no han estado exentas de irregularidades (ahora se les llama “áreas de oportunidad”), por la serie de observaciones emitidas en las cuentas públicas.

CONTROL

Pese al estricto control de los recursos públicos, no se duda que haya habido más de un funcionario que se fue “uñas largas”. Para complementar la información a fin de saber qué acciones se han emprendido para evitar el “año de Hidalgo (“ch… a su m… quien deje algo”), se solicitaron entrevistas con el titular de la Auditoría Superior del Estado de Guanajuato (ASEG), Javier Pérez Salazar, quien el pasado 12 de noviembre fue ratificado en el cargo por un periodo de siete años. A la fecha, no ha dado respuesta a la solicitud de entrevista, porque el señor está en sus “dos semanas institucionales”, es decir, sus vacaciones.

OPACOS

También se ha estado buscando al secretario de “Transparencia” y Rendición de Cuentas, Carlos Salvador Martínez Bravo, quien seguramente también disfruta de sus dos semanas de merecido asueto, pero tampoco ha dado la cara y solamente su área de “comunicación” solicitó se le enviara el cuestionario, cosa que se hizo y que desde luego dio respuesta… después de una semana. ¿Transparencia? ¿Rendición de cuentas? Más bien como que permea más la opacidad en estas dos esferas de gobierno, excepto en el Poder Legislativo.

INE, BIEN

Nuevamente el Instituto Nacional Electoral (INE), sus consejeros y vocales distritales y estatales, dieron muestra de profesionalismo al organizar la famosa “consulta” popular” cuya organización es todo un éxito. Pero el cariz que intentó darle la “cuarta transformación”, la politización, impidió que fuera un auténtico ejercicio democrático, al grado de ahuyentar la participación de la ciudadanía, lo que se traduce en un absoluto fracaso para las ansias inquisitorias del inquilino de palacio nacional.

DESINTERÉS

Está claro, además, que hay hartazgo de la mayoría de la población de la manera en que el régimen cuatroteísta está conduciendo al país y que por esa razón se negó hacerle el “caldo gordo” en esta encuesta a todas luces manipuladora. El fracaso de este suceso sólo sirvió para tirar a la basura más de 500 millones de pesos que pudieron ser utilizados en compra de vacunas contra el coronavirus, en combate a la violencia, en adquisición de medicamentos para niños con cáncer, en darle su liquidación a Hugo López-Gatell. En fin, la gente no quiere saber nada que esté relacionado con la 4T. El resultado es un abierto repudio a este régimen.