En un duro mensaje ofrecido previo a la misa dominical, Enrique Díaz Díaz dijo que incluso él vivió el bloqueo carretero que hicieron delincuentes con la quema de vehículos y no vio que nadie fuera detenido por estas acciones, mientras que por el otro lado los que fueron detenidos en operativos en Villagrán, fueron dejados en libertad a las pocas horas, lo que crea una sensación de injusticia.
“El Golpe de Timón se hizo con tanta publicidad, por un lado, pero por el otro a quienes desgraciadamente nos tocó estar en el momento ahí, se siente uno indefenso, impotente y cuando te dicen 'agarramos a cuatro, a cinco' y uno se queda pensando y viendo arder los camiones y se pregunta '¿qué esos no son delitos?' '¿qué esos no merecen detenerse?' '¿la seguridad del país no vale?'.
“Como que fueron muchos delitos en torno a un movimiento y como que sale afectada mucha gente, a mí me tocó estar ahí, viendo quemándose el camión y esperando a qué hora nos dejaban pasar y con impotencia frente a tanta violencia, a tanta agresividad.
“Son consecuencias, ciertamente, de un mundo que se ha olvidado de los valores, que se ha perdido de Dios, pero sí pedimos a las autoridades que hagan su parte, ya soltaron a dos que habían tomado, por errores de procedimiento y dice uno 'y al ciudadano común', con cualquier delito ya está preso; se queda uno pensando en tantas cosas que nos faltan para llegar a verdadera justicia y a un respeto a la comunidad y a la vida”, dijo el Obispo de Irapuato durante su mensaje.
Con tristeza, con dolor, con indignación vemos estas absurdas muertes, esta absurda violencia, aunque nos digan que están trabajand, que están luchando y que vamos bien
Enrique Díaz Díaz dijo que hay una fuerte indignación por tanta muerte, donde lo que parecería privar es el interés por el dinero, aun a costa de la vida.
“Con trizteza, con dolor, con indignación vemos estas absurdas muertes, esta absurda violencia, aunque nos digan que están trabajando, que están luchando y que vamos bien, uno cuando está cerquita de las personas y cada día encuentra a la violencia, a los asesinatos y es consecuencia de eso que no hemos sabido dar el verdadero lugar al poder”.
“¿Qué descubrimos? Pues que aflora este dolor de las familias, mientras se dicen cifras alegres de que disminuye la delincuencia, encontramos personas heridas, diciendo 'estoy llorando la muerte de mi hijo, la desaparición de mi esposo, la ausencia de tales personas'.