William Perales junto con su esposa Lupita Olmos, tienen ya muchos años haciendo la noble y complicada labor de rescatar, curar, rehabilitar y buscarles un buen hogar a perros y gatos que han sufrido abandono y maltratos, en la mayoría de los casos por tener enfermedades difíciles de curar y es así como van llegando a sus manos muy heridos y desnutridos pero, su meta siempre ha sido darles a estas mascotas una segunda oportunidad de vivir dignamente.
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En la actualidad cuentan con más de 70 perros a su cuidado, los cuales algunos necesitan distintos tipos de atenciones, unos necesitan muchas variedades de alimento y nutrientes extra, medicinas muy costosas dependiendo de la enfermedad que padecen o hay perros que no cuentan con alguna extremidad y esto los obliga a usar sillas de ruedas.
“Llevo 41 años trabajando como rescatista, empecé desde que tenía cinco años, cuando fui testigo de cómo un vecino abusó de su perrita, fue eso lo que me marcó de por vida pero también me inspiró a buscar el bien de estos animales, que son inocentes y que no tienen voz para gritar y pedir ayuda”.
Explicó que los casos que ellos manejan, la mayoría son extremadamente difíciles y tristes, pero eso no los detiene.
“Los perritos que nosotros ayudamos son de alto impacto, violados, mutilados, con desnutrición extrema, ciegos, con diabetes, con cáncer; tuvimos hace poco dos decesos, Fiona que tenía un problema del corazón y un perrito que murió a causa de un tumor cancerígeno que no pudimos operarle, sin contar a ellos dos, actualmente tenemos 78 perritos a nuestro cuidado”.
William se ha dedicado a hacer marchas para visibilizar y pedir apoyo a la gente que también busca el bien para estos animales, con la intención de juntar suficiente dinero para poder pagar los distintos tratamientos que necesitan sus perros.
“Lo que estamos buscando con la caminata canina es decirles sí a las segundas oportunidades a todos estos perritos de la tercera edad, ciegos, perros que otros pensarían que no se dan en adopción y para hacer esto nos inspiró Nacho, un perrito discapacitado que tuvimos por muchos años, y gracias a él, nuestra misión es que las personas les brinden una segunda oportunidad.
Comentó que no es tarea fácil conseguirles un nuevo hogar a estos canes, ya que a muchos les cuesta volver a confiar en los humanos por sus historias de vida y por ello, se dedican a enseñarle a las personas que buscan ser adoptantes sobre cuál es la manera correcta de cuidarlos, y sobre todo, pedirles que sean muy pacientes para con esto evitar accidentes.
“Hay que tener claro también que con estos perros hay que tenerles mucha paciencia, porque les cuesta mucho volver a confiar en la gente, las familias que han querido adoptar les tienen mucha paciencia pero ya han habido casos de que me regresan a algunos peluditos, pero esto es porque no llegan a adaptarse del todo a sus nuevas familias y nos lo regresan”.
“Es raro que se adapten a las nuevas familias pero les estamos enseñando a esas familias a cómo cuidar de ellos, guiándolos, explicándoles cómo se deben de cubrir sus necesidades, por ejemplo de perros que son ciegos o de la tercera edad”.
“El dar en adopción a perritos que sufrieron de violencia de cualquier tipo pero que ya han sido rehabilitados, es difícil, ya que se debe trabajar en la confianza que perdió hacia las personas, pero cuando llegan a adaptarse a su nuevo entorno se vuelven mascotas muy nobles y cariñosas”.
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Narró la historia de Milagros, una perrita chihuahua que a sus escasos cuatro meses de vida sufrió terriblemente antes de que se cruzara con William y que ahora se encuentra totalmente rehabilitada y contenta.
“Tenemos a Milagros, una perrita que la encontramos tirada a la orilla de un río por la colonia Urbi, con sarna extrema y quemaduras que le hicieron con aceite de motor; tenemos a galleta, una perrita que fue violada por un hombre que vive en la colonia y que ya ha sido denunciado varias veces por más casos de maltrato animal, pero cumple las 72 horas en la cárcel y lo vuelven a soltar”.
Hizo la recomendación de cubrir todas las necesidades que tienen las mascotas y también que se cumplan las responsabilidades que van de la mano al adoptar para con esto lograr una disminución en la violencia y el abandono.
“Desparasiten a sus perros, esterilícenlos, hay que cumplir con las responsabilidades que conlleva el tener una mascota, para evitar que siga existiendo el abandono”.
Aseguró que en la actualidad existe mucha más empatía a comparación de sus inicios como rescatista y espera que con el paso del tiempo esto solo siga mejorando.
“La gente ya está viendo la parte especial que tienen estos perritos y nosotros nos sentimos muy emocionados por eso,ojalá que aumente este grupo de personas”.
“Nuestros refugios están hechos como si fueran casas, donde cuidamos a los perros como si fueran ya parte de nuestra familia, ya que así deberían ser cuidados en todos lados, pero a veces esto nos llega a complicar las adopciones porque las mascotas se encariñan con nosotros y nosotros con ellos”.