/ domingo 18 de febrero de 2024

Hoy toca marchar por la democracia. ¡Hoy!

Hoy domingo 18 de febrero, citados estamos para expresar resolución personalísima, íntima, de defender nuestra frágil, intermitente democracia y otra vez amenazada. Vuelve a haber cita en las ciudades de la Ruta de la Independencia: San Miguel de Allende, Celaya, Salamanca, Irapuato, León, Guanajuato. En más de 100 ciudades del país. En siete ciudades de Estados Unidos. Y en Madrid, Barcelona, Londres, París, Lisboa o Quebec. No sé de antecedente histórico de convocatoria democrática simultánea como ésta, en más de 120 localidades.

La memoria -facultad del alma- recuerda: el 19 de febrero de 1913, 101 años ha, Victoriano Huerta dio golpe de Estado a intervalo fallido democrático, traicionando y asesinando a Madero (apenas 15 meses en la presidencia de la República). Los gobiernos revolucionarios subsiguientes no tuvieron al sufragio efectivo como convicción vital, ineludible. No permitamos otra interrupción huertista-obradorista a lo insuficiente avanzado en democracia electoral y en instituciones indispensables para el bien común, el bien público temporal.

De esto va la marcha de hoy. Primero, para hacer saber a pueblo, y a masas, la ruta autoritaria de López Obrador y paleros de la 4T; lo que buena parte de los mexicanos desconocen o ni les interesa. Insiste en politizar al Poder Judicial, para que se voten candidatos a jueces y ministros. Debilitar al INE, restándole facultades y regresarlas al gobierno federal, como expedición de credencial electoral. Dificultarán que pluralismo de nuestra sociedad se refleje en las Cámaras, eliminando la totalidad de representantes plurinominales (sí se deben reducir, no eliminar). Impedir legisladores o jueces independientes. Lo que sí requerimos son un presidente, gobernadores y alcaldes con equilibrios y contrapesos. De excesos de éstos estamos todos hasta la madre. Hoy AMLO nos distrae de su fracaso y de daños ocasionados (se acaba de formar equipo evaluador del desastre gubernamental en gestión de Covid. De desastres en seguridad, medio ambiente o deuda pública, habrá que hacer saber). Oculta propósitos de resentido, revanchistas y en ello no va solo. Por eso hoy a marchar. Marchamos antes en defensa del INE y del Poder Judicial. Esta marcha es secuencial para ciudadanía alerta, que entiende hay que defender las instituciones que vale la pena defender.

Que cada uno podamos seguir votando, por quien se nos pegue la gana, es piedra angular democrática. Punto de partida de la marcha de hoy. Una cotidianeidad que generaciones jóvenes no saben que en los años 80s del siglo pasado no era realidad generalizada. AMLO pretende, por sí y ante sí, definir lo que conviene o no al país, para el hoy y el mañana. Otra vez, hagamos memoria. En décadas finales del siglo XX se obligaba en sindicatos a votar por el partido oficial, el PRI; se disponía de las arcas públicas para sus campañas. Robaban urnas con votos, falsificaban actas de escrutinio. Disponían de recursos públicos para beneficio personal en los tres órdenes de gobierno, impunemente. Ahora se repite. Mi generación, como las anteriores, lo padecimos, documentamos, incluso en instancias internacionales. Y lo resolvimos en acuerdos del PRI- gobierno y las oposiciones. Creamos el IFE, hoy INE, un árbitro electoral y un conjunto de instituciones y procedimientos que desde 1989 han funcionado. Este sistema, y el elemental deber y derecho que lo soporta, lo amenaza AMLO. Lo confirmó, el pasado cinco de febrero, con propuestas que explican a dónde nos quiere llevar. Y lo que no pueda ahora concretar, que lo haga su sucesora, pretende. Regresar al sistema del partido oficial del siglo pasado, de una presidencia omnipotente, sin contrapesos, con una opinión pública complaciente, acrítica, con legisladores y gobernadores sumisos. La “dictadura perfecta” o “presidencialismo imperial”, le han llamado. Supone insuficiencia de ciudadanía, y exceso de masas no pensantes.

La marcha de hoy es expresión de ciudadanía consciente y libre. De una ciudadanía que quiere ser dueña de su destino, personal y comunitaria. Que de inicio sabe dónde y cómo vive, qué males evitables padece y busca resolverlos junto con otros. Sabe que no le puede ser indiferente quién es su alcalde, regidor, diputado, gobernador o presidenta de la República. Busca pesos y contrapesos, porque deduce que es conveniente, dadas sus vivencias desde casa, escuela o trabajo. Por eso hay que marchar, para evitar poderes abusivos, ilimitados, en los tres órdenes de gobierno, del partido que sean.

Quien se hace gusano no puede quejarse de que lo aplasten. Como ciudadanos de pie, no de rodillas, con la frente en alto, resueltos a defender nuestra democracia, así nos vemos hoy. No debemos ser parte del conjunto de personas que son solamente buenas, pero incapaces de asumir deberes y responsabilidades con el bien de todas y todos; de ir más allá del confort personal. Hoy toca marchar por la democracia, y las instituciones que la soportan. Ahí nos vemos.

Analista político y extitular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

@jalcants

Hoy domingo 18 de febrero, citados estamos para expresar resolución personalísima, íntima, de defender nuestra frágil, intermitente democracia y otra vez amenazada. Vuelve a haber cita en las ciudades de la Ruta de la Independencia: San Miguel de Allende, Celaya, Salamanca, Irapuato, León, Guanajuato. En más de 100 ciudades del país. En siete ciudades de Estados Unidos. Y en Madrid, Barcelona, Londres, París, Lisboa o Quebec. No sé de antecedente histórico de convocatoria democrática simultánea como ésta, en más de 120 localidades.

La memoria -facultad del alma- recuerda: el 19 de febrero de 1913, 101 años ha, Victoriano Huerta dio golpe de Estado a intervalo fallido democrático, traicionando y asesinando a Madero (apenas 15 meses en la presidencia de la República). Los gobiernos revolucionarios subsiguientes no tuvieron al sufragio efectivo como convicción vital, ineludible. No permitamos otra interrupción huertista-obradorista a lo insuficiente avanzado en democracia electoral y en instituciones indispensables para el bien común, el bien público temporal.

De esto va la marcha de hoy. Primero, para hacer saber a pueblo, y a masas, la ruta autoritaria de López Obrador y paleros de la 4T; lo que buena parte de los mexicanos desconocen o ni les interesa. Insiste en politizar al Poder Judicial, para que se voten candidatos a jueces y ministros. Debilitar al INE, restándole facultades y regresarlas al gobierno federal, como expedición de credencial electoral. Dificultarán que pluralismo de nuestra sociedad se refleje en las Cámaras, eliminando la totalidad de representantes plurinominales (sí se deben reducir, no eliminar). Impedir legisladores o jueces independientes. Lo que sí requerimos son un presidente, gobernadores y alcaldes con equilibrios y contrapesos. De excesos de éstos estamos todos hasta la madre. Hoy AMLO nos distrae de su fracaso y de daños ocasionados (se acaba de formar equipo evaluador del desastre gubernamental en gestión de Covid. De desastres en seguridad, medio ambiente o deuda pública, habrá que hacer saber). Oculta propósitos de resentido, revanchistas y en ello no va solo. Por eso hoy a marchar. Marchamos antes en defensa del INE y del Poder Judicial. Esta marcha es secuencial para ciudadanía alerta, que entiende hay que defender las instituciones que vale la pena defender.

Que cada uno podamos seguir votando, por quien se nos pegue la gana, es piedra angular democrática. Punto de partida de la marcha de hoy. Una cotidianeidad que generaciones jóvenes no saben que en los años 80s del siglo pasado no era realidad generalizada. AMLO pretende, por sí y ante sí, definir lo que conviene o no al país, para el hoy y el mañana. Otra vez, hagamos memoria. En décadas finales del siglo XX se obligaba en sindicatos a votar por el partido oficial, el PRI; se disponía de las arcas públicas para sus campañas. Robaban urnas con votos, falsificaban actas de escrutinio. Disponían de recursos públicos para beneficio personal en los tres órdenes de gobierno, impunemente. Ahora se repite. Mi generación, como las anteriores, lo padecimos, documentamos, incluso en instancias internacionales. Y lo resolvimos en acuerdos del PRI- gobierno y las oposiciones. Creamos el IFE, hoy INE, un árbitro electoral y un conjunto de instituciones y procedimientos que desde 1989 han funcionado. Este sistema, y el elemental deber y derecho que lo soporta, lo amenaza AMLO. Lo confirmó, el pasado cinco de febrero, con propuestas que explican a dónde nos quiere llevar. Y lo que no pueda ahora concretar, que lo haga su sucesora, pretende. Regresar al sistema del partido oficial del siglo pasado, de una presidencia omnipotente, sin contrapesos, con una opinión pública complaciente, acrítica, con legisladores y gobernadores sumisos. La “dictadura perfecta” o “presidencialismo imperial”, le han llamado. Supone insuficiencia de ciudadanía, y exceso de masas no pensantes.

La marcha de hoy es expresión de ciudadanía consciente y libre. De una ciudadanía que quiere ser dueña de su destino, personal y comunitaria. Que de inicio sabe dónde y cómo vive, qué males evitables padece y busca resolverlos junto con otros. Sabe que no le puede ser indiferente quién es su alcalde, regidor, diputado, gobernador o presidenta de la República. Busca pesos y contrapesos, porque deduce que es conveniente, dadas sus vivencias desde casa, escuela o trabajo. Por eso hay que marchar, para evitar poderes abusivos, ilimitados, en los tres órdenes de gobierno, del partido que sean.

Quien se hace gusano no puede quejarse de que lo aplasten. Como ciudadanos de pie, no de rodillas, con la frente en alto, resueltos a defender nuestra democracia, así nos vemos hoy. No debemos ser parte del conjunto de personas que son solamente buenas, pero incapaces de asumir deberes y responsabilidades con el bien de todas y todos; de ir más allá del confort personal. Hoy toca marchar por la democracia, y las instituciones que la soportan. Ahí nos vemos.

Analista político y extitular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

@jalcants