/ viernes 5 de marzo de 2021

UG TU CONECTE CON LA CIENCIA

Péptidos bioactivos: Una alternativa prometedora contra la obesidad y diabetes


Dra. Fabiola León-Galván

Departamento de Alimentos
División de Ciencias de la Vida
Campus Irapuato Salamanca, Universidad de Guanajuato


La obesidad es un grave problema de salud pública, en México al menos el 30% de la población es obesa. La obesidad, es precursora de otras enfermedades como diabetes, hipertensión, algunos tipos de cáncer, y ahora también se ha asociado como un factor de alto riesgo en complicaciones por COVID-19 (SARS-CoV-2). El principal mecanismo asociado a la comorbilidad con otras enfermedades es la inflamación crónica, originada por el exceso de tejido adiposo en personas con obesidad.

Esto revela la importancia que cobra el estilo de vida, y es emergente adoptar estilos de vida saludable, en los cuales la alimentación tiene un papel fundamental; y es aquí, donde cobran mucha importancia los péptidos bioactivos, que son secuencias de aminoácidos que se encuentran encriptados dentro de las secuencias de proteínas de la mayoría de los alimentos que consumimos.

Los péptidos bioactivos pueden tener múltiples funciones biológicas, destacando las antihipertensivas, antidiabéticas, antioxidantes, antihipercolesteremicas (que ayudan a controlar y bajar los niveles de colesterol malo (LDL), y de forma interesante existen péptidos bioactivos con capacidad de inhibir o regular negativamente enzimas como la ácido graso sintasa (FAS) involucrada en la obesidad, y la enzima DPPIV involucrada en diabetes.

En ese sentido, con mi grupo de investigación en el laboratorio de proteómica y expresión génica, de la División de Ciencias de la Vida de la Universidad de Guanajuato, nos hemos dedicado desde hace más de 10 años al estudio de péptidos bioactivos derivados de residuos agroindustriales como el suero de leche, y de semillas de plantas endémicas como Chan, Chia, Chicayota y nuez.

Hemos encontrado que en el suero lácteo primario y secundario (que es que queda después de hacer el requesón), que es residuo que ya nadie quiere y que causa problemas ambientales, se encuentran péptidos con potencial para inhibir la enzima DPPIV de forma similar a la que lo hacen algunos fármacos de alto costo y que además ocasionan efectos secundarios, estos péptidos al derivarse de una fuente alimenticia y ser blanco especifico de unión a DPPIV disminuyen esos efectos secundarios.

De igual forma, en las semillas de plantas endémicas hemos encontrado péptidos con función similar, por ejemplo, en la semilla de chicayota (Cucurbita argyrospema sororia), que es una especie de calabaza, hemos identificado péptidos con capacidad de regular negativamente a la enzima FAS (involucrada en desarrollo de adipocitos-obesidad), y para inhibir ECA (enzima involucrada en la hipertensión arterial), en ambos casos también de forma similar a los fármacos utilizados actualmente.

Estos resultados son bastante prometedores porque ya tenemos estandarizado el proceso de obtención, las cantidades a las cuales estos péptidos tienen la mejor actividad, si resisten o no los procesos de elaboración si se incorporan a alimentos que deben ser procesados, así como el efecto que tiene sobre estos péptidos el proceso de la digestión humana. El reto ahora es encontrar como protegerlos para que lleguen con la mejor bioactividad posible a su sitio de acción.

Estamos evaluando el proceso de microencapsulado de los péptidos bioactivos, probando matrices como alginato combinado con secado por aspersión, interesantemente los resultados preliminares muestran que efectivamente la microcápsula protege al péptido incrementando el tiempo de vida de anaquel, y lo protege de la acción enzimática en estudios realizados con simulación gástrica.

La hipótesis planteada es qué los péptidos microencapsulados pueden llegar activos a sitio de acción, sin embargo, esto tiene que probarse en modelos in vivo, para que posteriormente puedan proponerse como ingredientes funcionales en alimentos y lleguen al consumidor a bajo costo, la idea es que sean productos que se puedan mantener a temperatura ambiente y que lleguen incluso a los sectores más vulnerables de la población. Sin duda, nos encontramos en una era de retos que apremian avances en la ciencia, en la cual, mi principal aportación es la propuesta de los péptidos bioactivos incorporados a la alimentación como una estrategia que contribuya a controlar y disminuir la incidencia de las principales enfermedades asociadas a la obesidad y los riesgos que conllevan.


Cualquier comentario sobre este artículo, favor de dirigirlo a eugreka@ugto.mx. Para consulta de más artículos www.ugto.mx/eugreka


Péptidos bioactivos: Una alternativa prometedora contra la obesidad y diabetes


Dra. Fabiola León-Galván

Departamento de Alimentos
División de Ciencias de la Vida
Campus Irapuato Salamanca, Universidad de Guanajuato


La obesidad es un grave problema de salud pública, en México al menos el 30% de la población es obesa. La obesidad, es precursora de otras enfermedades como diabetes, hipertensión, algunos tipos de cáncer, y ahora también se ha asociado como un factor de alto riesgo en complicaciones por COVID-19 (SARS-CoV-2). El principal mecanismo asociado a la comorbilidad con otras enfermedades es la inflamación crónica, originada por el exceso de tejido adiposo en personas con obesidad.

Esto revela la importancia que cobra el estilo de vida, y es emergente adoptar estilos de vida saludable, en los cuales la alimentación tiene un papel fundamental; y es aquí, donde cobran mucha importancia los péptidos bioactivos, que son secuencias de aminoácidos que se encuentran encriptados dentro de las secuencias de proteínas de la mayoría de los alimentos que consumimos.

Los péptidos bioactivos pueden tener múltiples funciones biológicas, destacando las antihipertensivas, antidiabéticas, antioxidantes, antihipercolesteremicas (que ayudan a controlar y bajar los niveles de colesterol malo (LDL), y de forma interesante existen péptidos bioactivos con capacidad de inhibir o regular negativamente enzimas como la ácido graso sintasa (FAS) involucrada en la obesidad, y la enzima DPPIV involucrada en diabetes.

En ese sentido, con mi grupo de investigación en el laboratorio de proteómica y expresión génica, de la División de Ciencias de la Vida de la Universidad de Guanajuato, nos hemos dedicado desde hace más de 10 años al estudio de péptidos bioactivos derivados de residuos agroindustriales como el suero de leche, y de semillas de plantas endémicas como Chan, Chia, Chicayota y nuez.

Hemos encontrado que en el suero lácteo primario y secundario (que es que queda después de hacer el requesón), que es residuo que ya nadie quiere y que causa problemas ambientales, se encuentran péptidos con potencial para inhibir la enzima DPPIV de forma similar a la que lo hacen algunos fármacos de alto costo y que además ocasionan efectos secundarios, estos péptidos al derivarse de una fuente alimenticia y ser blanco especifico de unión a DPPIV disminuyen esos efectos secundarios.

De igual forma, en las semillas de plantas endémicas hemos encontrado péptidos con función similar, por ejemplo, en la semilla de chicayota (Cucurbita argyrospema sororia), que es una especie de calabaza, hemos identificado péptidos con capacidad de regular negativamente a la enzima FAS (involucrada en desarrollo de adipocitos-obesidad), y para inhibir ECA (enzima involucrada en la hipertensión arterial), en ambos casos también de forma similar a los fármacos utilizados actualmente.

Estos resultados son bastante prometedores porque ya tenemos estandarizado el proceso de obtención, las cantidades a las cuales estos péptidos tienen la mejor actividad, si resisten o no los procesos de elaboración si se incorporan a alimentos que deben ser procesados, así como el efecto que tiene sobre estos péptidos el proceso de la digestión humana. El reto ahora es encontrar como protegerlos para que lleguen con la mejor bioactividad posible a su sitio de acción.

Estamos evaluando el proceso de microencapsulado de los péptidos bioactivos, probando matrices como alginato combinado con secado por aspersión, interesantemente los resultados preliminares muestran que efectivamente la microcápsula protege al péptido incrementando el tiempo de vida de anaquel, y lo protege de la acción enzimática en estudios realizados con simulación gástrica.

La hipótesis planteada es qué los péptidos microencapsulados pueden llegar activos a sitio de acción, sin embargo, esto tiene que probarse en modelos in vivo, para que posteriormente puedan proponerse como ingredientes funcionales en alimentos y lleguen al consumidor a bajo costo, la idea es que sean productos que se puedan mantener a temperatura ambiente y que lleguen incluso a los sectores más vulnerables de la población. Sin duda, nos encontramos en una era de retos que apremian avances en la ciencia, en la cual, mi principal aportación es la propuesta de los péptidos bioactivos incorporados a la alimentación como una estrategia que contribuya a controlar y disminuir la incidencia de las principales enfermedades asociadas a la obesidad y los riesgos que conllevan.


Cualquier comentario sobre este artículo, favor de dirigirlo a eugreka@ugto.mx. Para consulta de más artículos www.ugto.mx/eugreka