V I C I S I T U D E S

LA IMPORTANCIA DE UNA AMENA PLÁTICA

Por: Armando Hernández Origel

Siempre es bueno platicar con la gente, cómo son, qué piensan, a qué se dedican, cómo es el trato con las personas, cuánto tiempo trabajan al día, en fin, sobre un sinnúmero de situaciones que se van dando en la charla.

He estado saliendo de la ciudad y he tenido que abordar algunas unidades de alquiler, y me he encontrado, como de costumbre, a un buen número de taxistas, de diversas personalidades, como debe ser en este mundo, donde cada uno tiene la visión de lo que hace y del porqué lo hace. En uno de esos servicios, tomé una unidad de las que están fuera de la central camionera, y desde que me subí comenzó la charla, desde el momento de decirle hacia donde iba y por dónde se podría ir para llegar más rápido a mi destino.

Los pensamientos se comenzaron a conjugar y fue ahí donde surgieron los comentarios que amenizaban nuestro recorrido. Me decía el amigo taxista que tenía que echarle ganas ese día porque tenía que entregar la cuenta a su patrón y “sacar para la papa”, ya que por la tarde le había tocado ir a tomar unos cursos de capacitación para que le autorizaran su nuevo tarjetón. Dicho curso constaba de seis horas, durante tres días seguidos, y que eso lo estresaba porque andaba muy a la carrera para no retrasarse con su cuenta patronal.

Le pregunté por el tipo de capacitación que le daban, contestándome que era muy diversa ya que se trataba desde cómo conducir a la defensiva, sobre problemas mecánicos, de cómo tratar a los demás conductores, ya sean particulares, camioneros o compañeros taxistas para evitar los conflictos.

No pude evitar preguntarle si también les hablaban de cómo tratar a sus clientes y me decía que ese punto era vital. Tratan con personas de todo tipo, por lo que deben ser muy inteligentes, prudentes, pacientes y tolerantes para poderles brindar un buen servicio y ellos se sientan lo más cómodos posible, aunque a veces ellos no reciben el mismo trato por parte de los usuarios. Los valores son importantes para ellos. Respetar sobre todo al peatón, ya que llevan prioridad.

Me comentaba que su tarjetón lo había tenido autorizado por cinco años y que ya se le había vencido, y que ahora tenía que tomar su curso de actualización para poder seguir trabajando, lo malo era que ya no se lo autorizaban por cinco sino sólo por dos años, y lo sentía más pesado por sus tiempos.

Me vino a la mente una última pregunta, misma que se relacionaba, justamente por la autorización de los tarjetones, sobre el límite de edad para trabajar como taxistas. Me decía que no, hasta este momento no, pero que no dudaba que algún día si lo pusieran pues ya hay compañeros muy grandes, que por falta de reflejos o por enfermedad pueden provocar mayormente los accidentes, aunque hay muchos que manejan muy bien. Decía que todos necesitan el trabajo, pero que con mayor edad hay más riesgos. Llegamos a nuestro destino y terminó la amena charla; ya no tuvimos tiempo para más. Mis estimados lectores, el Señor les bendiga y les dé su paz.