Don Goyo: una historia conmovedora del asilo de ancianos

Don Gregorio Gutiérrez, estar en el asilo de ancianos en la Casa Hogar, La Paz, “es un lugar que le ha devuelto la paz, la tranquilidad, que le ha cambiado la vida”, afirma que sí ha tenido cambios muy importantes en su vida, porqué lo digo, por qué “Yo, era una persona muy déspota, alcohólica y grosera, con todos y era muy desalineada”.

“Me sentía triste y sin ganas de vivir” comentó, don Gregorio

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Al principio me sentía un poco incómodo, triste, sin ganas de vivir, nadie me hablaba, pero, dije “soy nuevo aquí y fue entonces que me vino el ánimo de estar aquí, que en la calle tirado en malas condiciones, causando lástimas y que me vieran con aberración, ahora doy gracias a Dios, porque la madre Graciela Rocha, me ayudo, ahora que ya estoy aquí, agradezco a Dios de nuevo por su palabra porque día a día me voy educando, me he enseñado a respetar y a respetarme, lo que antes no hacia hoy trato de hacer mejor.

“Ahora, tengo la bendición de tener un techo, protección, alimento que me dan humildemente” dijo Gregorio

“Le pido a Dios, está siempre aquí con estas personas que me han arropado”, aunque no son nada de mí, las veo como mi familia, estoy feliz, tengo la bendición de tener un techo, protección, alimento que me dan humildemente.

¿Qué dice su familia, don Goyo? Mi familia saben que estoy mejor aquí, que en la calle, que haga caso a la directora, y que me quede el tiempo que Yo quiera.

“Yo era feliz barriendo las calles” dice Goyo

Don Goyo anteriormente que realizaba “pues yo sacaba el pan de cada día barriendo las calles y la gente me ayudaba con 10, 20 o 30 pesos, o me daban un taquito” –Yo, les digo aquí en el asilo, “eso de barrer para mí es mi deporte, la verdad yo quiero morirme con mi escoba, pues es la que siempre me dio la papa” .

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También fui paletero y bolero y todo lo que ganaba me lo gastaba en vino, borracheras de dos a tres meses y comía poco, era mi desorden de vida que -ni un perrito había que me ladrara -dice entre risas- por eso yo me daba ese lujo de portarme mal, nadie me decía nada.

También recuerda que en el 2007, fue agredido por una persona que me roció con alcohol la pierna y me prendió lumbre con un cerillo, la cual me causo lesiones graves, esto fue en las afueras del estadio Revolución, y gracias a un amigo que tenía en un rancho fue quien me ayudo y me apoyo con la operación, pero esto se debió a lo mismo de por mi descuido de vida.

Qué consejo le daría a las personas que abandonad a sus familiares a su suerte, bueno yo les diría si tiene una persona, que ya no quieren por humanidad llévenlo a algún asilo, no lo dejen a su suerte, porque se sufre mucho ser abandonado en las calles, sé que va a estar mejor y tranquilo en este lugar porque a aquí te dan techo, comida, te arropan con cariño y te dan un trato digno concluyo.