IRAPUATO, GTO.- El relleno sanitario de Irapuato, no sólo es el medio de trabajo de decenas de trabajadores y pepenadores de la zona, sino que también se ha vuelto el hogar de cientos de mascotas que han sido abandonadas por sus dueños, porque están enfermas, no los quieren o porque no los pueden mantener, que son dejados a su suerte para que puedan sobrevivir o morir entre las toneladas de basura que llegan a diario.
El camino al relleno sanitario es de terracería, a sus costados se pueden ver montones de desechos, entre plásticos, cartones y bolsas, pero entre esas toneladas de basura pueden asomarse algunos rostros con una mirada de miedo, tristeza, otros de curiosidad y algunos de alerta, estos rostros son de las decenas de perros que viven entre la basura y, como pueden, logran sobrevivir.
Perros de todos los tamaños, colores y razas, hembra o macho, cachorros o adultos, pero todos llegaron para formar parte de la comunidad perruna que integra el lugar, la mayoría de estos animales son adultos, muchos de ellos enfermos, sucios, con pulgas y desnutridos ¿Y cómo no? Si no hay un adulto que se haga cargo de ellos, pues duermen, comen y se reproducen entre las toneladas de desechos.
¿Pero cómo llegaron las mascotas a este lugar?
A diario acuden decenas de trabajadores al relleno sanitario, entre ellos pepenadores, vendedores y recolectores de basura, quienes han sido testigos de los ciudadanos que acuden al lugar no sólo a dejar basura, sino que a abandonar a sus mascotas y dejarlas a su suerte para que logren sobrevivir.
“Las personas llegan en sus carros o camionetas con sus mascotas, pero luego ve que los están bajando y los dejan en la basura o a los cachorros los están tirando, chiquitos o grandes, como sea, los tiran.
Entonces ahí mismo se empiezan a reproducir y uno si puede les da agua, porque aquí no hay comida ni agua, ellos se alimentan como puedan”, explicó Porfirio Vázquez, quien trabaja en el lugar.
La mirada de aquellas mascotas es triste, pues alguna vez tuvieron un hogar cálido y comida, una familia y recibieron cariño, pero al tener una enfermedad, al ser viejos o simplemente porque ya no lo quisieron, llegaron a terminar al deplorable lugar.
Sin embargo, al haber una comunidad perruna en la zona de al menos 50 perros le da cierta protección al lugar, pues se vuelven los guardianes del relleno sanitario y cuando ven a algún extraño, lo ahuyentan, por lo que el respeto entre los perros y los trabajadores es mutuo, ellos no se meten con las mascotas y viceversa.
“Muchos son muy agresivos, mejor ni para qué acercarse, pero uno los entiende, crecieron en un hogar con todas las comodidades y con una familia, para que terminaran en este lugar, yo estaría muy enojado y triste también”, dijo Esteban Coronilla, vendedor de la zona.
Hurgan entre la basura, beben agua de los charcos, caminan entre el lodo y la basura, comen lo que encuentran, duermen y tienen a sus cachorros entre cartones, bolsas y colchones viejos, esos son los guardianes del relleno sanitario, quienes fueron abandonados a su suerte por humanos irresponsables.