El Obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, explicó que al iniciar las campañas electorales se nota que han estado esforzándose en descalificarse los unos con los otros, en lugar de enfocarse más en generar propuestas que ayuden a las verdaderas necesidades de la población.
"Inician las campañas y sigue preocupando que más se busque descalificar al otro que hacer propuestas concretas y lo que provoca esto es confusión; un joven me mencionaba que no entendía lo que decían, pero según lo que escuchaba, nadie sirve; a esto llegamos, va a ser muy difícil tener una participación responsable", dijo durante su conferencia de prensa dominical.
Por ello, hizo una invitación a las y los candidatos para que se concentren en las necesidades reales del pueblo y también a la ciudadanía a que se enfoque en elegir al mejor dirigente que ayude a superar esta etapa tan complicada que atraviesa la sociedad.
"No podemos considerarlos enemigos polarizados unos con otros; si nos reconocemos como una comunidad, que está buscando elegir el mejor dirigente en este momento grave, de nuestra situación social será diferente".
Marchas feministas no deben ser descalificadas
Por otro lado, con relación a la reciente marcha realizada por varios colectivos feministas el pasado ocho de marzo, el Obispo exhortó a no desvalorizar este tipo de movimientos, ya que son gritos de dolor y que exigen que se les atienda.
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“Desgraciadamente la violencia genera más violencia, yo vi en las diferentes noticias nacionales y locales que en general quienes se manifiestan buscan hacer más conciencia de la dignidad de la mujer y de los ataques y las cosas que van sufriendo, sí ha habido en distintos lugares esta violencia y creo que esto provoca descalificar a estos grupos que están haciendo consciencia, no hay que descalificar estas manifestaciones y hay que escuchar este grito de su dolor y que están pidiendo auxilio y que muchas veces no lo hemos dado, creo que queda mucho de la violencia en el silencio, en el medio, queda escondida y necesitamos escuchar ese grito”.
