Petra Ramos Lozano y Fernando García López pueden presumir que son de esas parejas que demuestran que el amor verdadero sí existe, pues ambos llevan 63 años juntos y, aunque han enfrentado dificultades como matrimonio, con respeto y trabajo conjunto las han podido superar.
Aunque su unión ante los ojos de Dios fue el 15 de octubre de 1960, la entonces joven pareja ya tenía tiempo de conocerse y aún siguen creyendo que el destino de ambos ya estaba marcado, pues desde niños ya se habían cruzado sus caminos y se agradaban el uno al otro.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
“Cuando éramos niños ya nos habíamos visto, en aquél entonces se hacían las posadas y él venía de su comunidad a la mía”, contó doña Petra.
Por su parte, don Fernando confesó haber visto a Petra cuando apenas era un niño y esperó a que tuvieran la edad adecuada para pedirle que saliera con él, lo cual se hacía de forma muy distinta a la actual, pues para esto tendría que pedir permiso primero, pero como desde joven fue siempre conocido por ser trabajador, no tuvo mayor problema.
“Nos conocimos muy jóvenes, como 10 años y ella ocho, la veía y ya cuando tuvimos edad dije: ‘le voy a hablar, a ver si quiere’, yo era conocido por ser trabajador y no tener vicios, muchas muchachas me buscaban, pero nunca hice caso”, platicó Fernando.
Futuro común, la clave para la relación
Petra atesora la fotografía de su matrimonio el cual recordó fue en la capilla de San Cayetano.
“Salimos un tiempo y después me dijo que nos casáramos y fue a pedirme, yo le dije que sí, nos casamos cuando yo tenía 16 años. Recuerdo que muchas muchachas lo querían y me lo pelearon, pero él siempre me respetó y no hizo caso de lo que le dijeran”.
En aquéllos tiempos, las fiestas como el día de San Valentín no eran tan populares, pero no hacía falta, la atención y cuidados mutuos hacían de cada día una fecha para recordar.
“Nunca nos faltó nada, ni a mí ni a mis hijos”, comentó Petra, mientras puso la mano en el hombro de Fernando, quien la escuchaba atentamente.
El secreto de Petra y Fernando para tener una relación no sólo duradera, sino feliz, siempre fue el trabajo, ambos tenían claro lo que buscaban para ellos y sus hijos quienes ahora son todos hombres y mujeres trabajadores y de familia.
“Echándole ganas y trabajando, tuve nueve hijos, trabajé día y noche porque mi padre me dejó un pedacito de tierra y ahí trabajé, crié vaquitas, sembré alfalfa, duraba dos semanas regando día y noche.
“Saqué la manutención de mis hijos, aquí estoy, aquí está la mujer, nunca nos faltó nada, si había algún problema, ahí teníamos con qué defendernos”.
Y como en cualquier familia o pareja, hubo problemas, pero éstos nunca los hicieron perder el respeto ni el amor que tenían y tienen el uno por el otro, ambos recordaron que durante un tiempo Fernando comenzó a consumir bebidas alcohólicas, pero eso fue algo que con el apoyo de Petra y la compañía de sus hijos pudo vencer y evitar que se convirtiera en un vicio.
“Estamos tranquilos, no recordamos lo malo, nos quedamos con lo bueno”.
Y de esa forma, con los valores que obtuvieron a lo largo de su vida, enseñaron a sus hijos a cuidar de los suyos, testimonio de ello es una de sus hijas, que a la fecha lleva 36 años de feliz matrimonio, la enseñanza de sus padres es el consejo que dan a los jóvenes para mantener buenas relaciones.
“Muchas veces solo se trata de saber comprender, no alterarnos todos porque si no ya nos mandamos por allá bien lejos, mantener la calma y arreglar las cosas”.