REFLEJOS DE SOL

PERDEDOR

Están viendo que a nivel nacional tienen un raquítico 8 por ciento de preferencia entre los mexicanos y aún así continúa con sus pleitos internos. En Guanajuato, como candidato a la gubernatura, Gerardo Sánchez García hundió al PRI hasta el catastrófico tercer lugar, pero el salvaterrense y su grupo siguen aferrados a apoderarse del comité estatal.

GOLPISTAS

Tan es así que “sesionaron” con su propio consejo político estatal en el que impusieron a Armando de la Cruz Uribe Valle como “presidente legítimo”; a Laura Chávez, “secretaria general legítima”; y a Jacobo Manríquez Romero, “secretario de finanzas legítimo”. Nada más les falta rendir protesta en el zócalo de la Ciudad de México, como cuando cierto loco lo hizo en 2006. Con razón el PRI va en picada.

GANDALLAS

Este tipo de agandalles es a lo que está acostumbrado Sánchez García y su siniestro equipo. La carta de presentación de Sánchez simplemente es su desastrosa participación en las elecciones de hace dos años en las que el PRI prácticamente desapareció del escenario político, gracias a la imposición de candidatos, a campañas políticas de bostezo y al bajo perfil del propio Sánchez como abanderado a la gubernatura.

TÍOLOLISMO

No está de más decir que la actual dirigencia “oficial” del tricolor que preside (es un decir) Ruth Noemí Tiscareño Agoitia, tampoco se ha visto muy eficiente en aglutinar a la militancia del estado, a los grupos rebeldes, a las distintas corrientes internas, a las “vacas sagradas” que hoy disfrutan de la fortuna que amasaron con el sudor de su frente (ajá) pero que están replegadas viendo cómo se deshace el partido político que les dio la oportunidad de progresar económicamente. Otros “militantes distinguidos”, simplemente saltaron como las ratas del barco que se hunde para buscar los brazos acogedores de otro partido.

PATITO FEO

Para las elecciones del 2021, ninguna fuerza política querrá hacer alianza con el Revolucionario Institucional por varias razones: la principal, el estigma de la corrupción; la segunda, sus bajos porcentajes; la tercera, tener que lidiar con el agudo divisionismo interno; la cuarta, hasta este momento hay pocos militantes y simpatizantes externos que quieran aceptar una candidatura. Parece que sólo el PRD quiere “emparentar”. A este paso no le va a quedar de otra al partido del general Calles que convertirse en rémora de “morena”.