Integrantes de la Red Ambiental Guanajuato pidieron a autoridades dar prioridad y aprobar la iniciativa de Ley de Arbolado Urbano, presentada desde 2019, la cual se encuentra aún congelada en el Congreso del Estado.
Y es que de acuerdo con datos recabados por los líderes ambientales del estado, Guanajuato es el quinto lugar del país en contaminación del aire, provocada en mayor parte por el apresurado crecimiento del parque vehícular y la actividad de grandes empresas en el Corredor Industrial, situaciones que podrían ser aminoradas con la reforestación y cuidado de las especies que ya se encuentran en existencia.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, es recomendado que por cada habitante existan al menos 10 metros cuadrados de áreas verdes, se estima que a lo largo del territorio estatal solo se cuenta con alrededor de un metro de área verde por habitante.
“La ley es fruto de las necesidades presentes y queremos una vez más motivar al congreso a que apruebe esta iniciativa que únicamente es en favor del bienestar y calidad de vida para todos”, comentó María Leticia Ochoa Zepeda, ambientalista e integrante de Planeta Cuatro y de la Red Ambiental de Guanajuato.
Explicó que en la ley, además de la conservación de especies, se beneficiaría en otros ámbitos, como la captación de agua; sin embargo, será necesario que varios organismos tengan la obligación por medio de la ley a dar seguimiento a la distribución del vital líquido, para el funcionamiento de las zonas arboladas existentes y las nuevas.
“Debe haber equilibrio entre desarrollo urbano y ambiental sustentable, actualmente vemos banquetas, camellones y calles llenas de árboles no adaptables a las condiciones climáticas y de suelo, especies grandes plantadas en espacios pequeños que al final causan daño a la infraestructura urbana privada y pública que de todas formas se terminan talando”.
De ser aprobada la iniciativa, se plantea el desarrollo de nuevas áreas verdes, de las cuales cada municipio será responsable de su bienestar, evitando prácticas dañinas normalizadas por personal operativo como el encalado o el desmoche.