/ lunes 27 de junio de 2022

CUATRO MESES DE LA INVASIÓN RUSA A UCRANIA

Resulta difícil narrar en una cuartilla la inmensa tragedia que vive Ucrania como resultado de la invasión, el gobierno ruso no cesa en desplegar más tropas y los proyectiles no cesan de caer. Varios poblados están envueltos en llamas, sus habitantes viven un infierno. Muchos analistas consideran que los combates durarán años, pero la guerra no tendrá un vencedor.

Mientras tanto hay ya una crisis alimentaria y de combustible en el mundo pues el conflicto impide las exportaciones de los dos países en pugna. La FAO estima que al menos el 20 % de los cultivos de invierno de Ucrania, sobre todo de trigo, no puede ser cosechado y además hay complicaciones para las próximas plantaciones, amenazando una grave recesión, sin olvidar la urgente necesidad de atender a 5 millones de refugiados que han huido de Ucrania.

El periodista ruso y premio Nobel de la Paz 2021, Dmtry Muratov donó a subasta su premio entregado en 2021, los 500 mil dólares con los que está dotado el galardón. Con esta donación busca “ayudar a los niños desplazado por la guerra en Ucrania”, En la subasta se obtuvo 103.5 millones de dólares rompiendo el record para un Nobel a la venta. Por otro lado, el canciller alemán prometió armas y financiamiento “durante tanto tiempo como sea necesario”.

La guerra sigue, Mariúpol fue reducida a ruinas humeantes y la ONU confirmó masacres en Bucha por ejecuciones sumarias de civiles a manos de tropas rusas. “Las leyes humanitarias internacionales no solo han sido ignoradas, sino totalmente abandonadas”, afirmó la alta comisionada para los derechos humanos de Naciones Unidas Michelle Bachelet. El 9 de mayo una bomba lanzada por aviones rusos destruyó una escuela donde había unas 90 personas en el sótano.

La escuela de Lugansk se incendió después del bombardeo. Cuatro horas después, las llamas fueron sofocadas y entonces descubrieron dos cuerpos entre los escombros. El gobierno de Ucrania expresó su condena ante este ataque, considerado “crimen de guerra”. El Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) condenó de forma enérgica el ataque contra la escuela. Las informaciones indicaban que civiles, incluidos niños, habían buscado refugio en el búnker del colegio. En un conflicto bélico, cualquier edificación puede ser objetivo militar a tomar o destruir. Por razones humanitarias los hospitales, los templos, los sitios históricos y las escuelas deben ser respetadas.

A propósito de la ONU, considero conveniente ir avanzando en la posibilidad de contar con un gobierno mundial que tenga facultades para intervenir en casos como este, primero, invitando al diálogo y a la firma de acuerdos para evitar la guerra, y cuando esto no sea posible, comprometerse a respetar las vidas humanas de civiles, no destruir sitios como los enumerados en líneas arriba y todos aquellos considerados, patrimonio cultural tangible de la humanidad.

ezequielsotomar@outlook.com

Resulta difícil narrar en una cuartilla la inmensa tragedia que vive Ucrania como resultado de la invasión, el gobierno ruso no cesa en desplegar más tropas y los proyectiles no cesan de caer. Varios poblados están envueltos en llamas, sus habitantes viven un infierno. Muchos analistas consideran que los combates durarán años, pero la guerra no tendrá un vencedor.

Mientras tanto hay ya una crisis alimentaria y de combustible en el mundo pues el conflicto impide las exportaciones de los dos países en pugna. La FAO estima que al menos el 20 % de los cultivos de invierno de Ucrania, sobre todo de trigo, no puede ser cosechado y además hay complicaciones para las próximas plantaciones, amenazando una grave recesión, sin olvidar la urgente necesidad de atender a 5 millones de refugiados que han huido de Ucrania.

El periodista ruso y premio Nobel de la Paz 2021, Dmtry Muratov donó a subasta su premio entregado en 2021, los 500 mil dólares con los que está dotado el galardón. Con esta donación busca “ayudar a los niños desplazado por la guerra en Ucrania”, En la subasta se obtuvo 103.5 millones de dólares rompiendo el record para un Nobel a la venta. Por otro lado, el canciller alemán prometió armas y financiamiento “durante tanto tiempo como sea necesario”.

La guerra sigue, Mariúpol fue reducida a ruinas humeantes y la ONU confirmó masacres en Bucha por ejecuciones sumarias de civiles a manos de tropas rusas. “Las leyes humanitarias internacionales no solo han sido ignoradas, sino totalmente abandonadas”, afirmó la alta comisionada para los derechos humanos de Naciones Unidas Michelle Bachelet. El 9 de mayo una bomba lanzada por aviones rusos destruyó una escuela donde había unas 90 personas en el sótano.

La escuela de Lugansk se incendió después del bombardeo. Cuatro horas después, las llamas fueron sofocadas y entonces descubrieron dos cuerpos entre los escombros. El gobierno de Ucrania expresó su condena ante este ataque, considerado “crimen de guerra”. El Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) condenó de forma enérgica el ataque contra la escuela. Las informaciones indicaban que civiles, incluidos niños, habían buscado refugio en el búnker del colegio. En un conflicto bélico, cualquier edificación puede ser objetivo militar a tomar o destruir. Por razones humanitarias los hospitales, los templos, los sitios históricos y las escuelas deben ser respetadas.

A propósito de la ONU, considero conveniente ir avanzando en la posibilidad de contar con un gobierno mundial que tenga facultades para intervenir en casos como este, primero, invitando al diálogo y a la firma de acuerdos para evitar la guerra, y cuando esto no sea posible, comprometerse a respetar las vidas humanas de civiles, no destruir sitios como los enumerados en líneas arriba y todos aquellos considerados, patrimonio cultural tangible de la humanidad.

ezequielsotomar@outlook.com