/ jueves 4 de enero de 2024

Debes tomar una decisión en 2024

Un grupo de 50 alumnos se encontraba participando de una clase, cuando de manera súbita fue interrumpida por el profesor que la dirigía y comenzó a repartir una playera a cada alumno, pidiéndoles escribir su nombre sobre la misma. Enseguida, todas las camisas fueron recogidas y colocadas en otro salón. El profesor les pide a los alumnos que entren a la nueva sala individualmente e intenten localizar las camisas con su nombre en tan solo cinco minutos. Todos corren frenéticamente para la sala y comienzan a buscar la suya, entre pisotones, empujones y un desorden total; son pocos quienes consiguen encontrar la camisa con su nombre. Acto siguiente, el profesor procede a realizar la misma actividad, pero ahora instruyendo lo siguiente: “Entren y elijan aleatoriamente una camisa y entréguenla a la persona cuyo nombre este inscrito en ella”. En cuestión de minutos, cada uno logró recibir sus camisas con su nombre.

Lo que hicieron en ese experimento es exactamente lo que está sucediendo en nuestras vidas y en nuestro país. Todo mundo se encuentra buscando desesperadamente su felicidad, sin preocuparse por la felicidad del otro. Eso para mí se llama individualismo y egoísmo.

2024, en términos económicos y de proyección, supone para México el cuarto año consecutivo de crecimiento. Desde la pandemia de 2019, el país ha mantenido un crecimiento anual entre el 3% y el 4% y es dentro de estas cifras que muchos analistas, así como el propio Banco de México ubican la expectativa de crecimiento para este año 2024.

Gran parte de este crecimiento ha sido gracias a la relocalizacion comercial que está sucediendo en el mundo. El nearshoring ha sido un verdadero impulso económico para nuestro país, renovando el interés de invertir en México y estimulando el empleo y la actividad industrial. El año pasado, México consolidó su papel de principal socio comercial de Estados Unidos, superando a naciones históricamente dominantes como China.

Este vigoroso crecimiento de México por encima de su promedio histórico es el resultado también de políticas y reformas lanzadas al inicio de la administración del presidente López Obrador, no una mera casualidad o suerte. Estas políticas, incluidas reformas laborales, así como una correcta gestión financiera, han cultivado un entorno propicio para la inversión, lo que ha dado como resultado un mercado laboral sólido y un marcado aumento de las inversiones públicas y privadas. La estrategia fiscal del gobierno federal ha logrado mantener también la relación deuda/Producto Interno Bruto en un nivel por debajo de los parámetros internacionales, mejorando así el atractivo de México para los inversionistas globales. Iniciativas de infraestructura, como Dos Bocas, el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren maya, el Aeropuerto de Tucumán y el corredor Interoceánico han sido fundamentales no sólo para que México siga siendo uno de los mercados emergentes favoritos, sino también para abordar las disparidades económicas entre las regiones norte y sur del país.

El próximo año supone un periodo de transición positiva. El presupuesto federal para 2024 contiene un importante aumento de 11.8% en gasto público, respecto al año pasado; sin embargo, también hay que decir que este enorme presupuesto llega en un momento donde la inflación va a la alza con niveles por encima de los esperados, aumentos en los precios de la canasta básica, combustible, peajes, energía y en un ambiente de ajuste y desaceleración de los mercados internacionales, lo que sugiere muy seguramente el final de las políticas de austeridad promovidas por la actual administración.

El 2024 no sólo será un año de elecciones. Es quizá “el año de las elecciones” con múltiples procesos políticos de mucha relevancia e incertidumbre que tendrán lugar en distintos países y regiones, como lo serán los de Rusia, Ucrania, Gran Bretaña, Taiwán, India y las elecciones del Parlamento Europeo, por mencionar algunos. Pero son dos las carreras presidenciales que tendrán toda nuestra atención, interés y repercusión para nosotros mexicanos y para nuestro panorama futuro, como lo son las elecciones en junio 2024 para los Estados Unidos Mexicanos y noviembre 2024 para los Estados Unidos de Norteamérica.

¿Qué significaran ambos procesos para sus países y población?

La respuesta a esa pregunta es nada sencilla y difícil de abordar en una sola columna, seguramente en las próximas semanas y meses será el principal, si no es que el único tema de discusión y análisis en las noticias y programas. Para los Estados Unidos, el proceso de elección llega entre dos corrientes: aquellas que votarán a Donald Trump y que coinciden con que la nación americana atraviesa su mayor declive económico de la historia, aunado a un entorno social totalmente colapsado, y aquellos quienes ven una posible victoria del magnate estadounidense como el mayor peligro para el mundo en 2024. Así de polarizada y sin contrastes el panorama de las elecciones en el país de las barras y las estrellas.

No menos turbulento es el escenario político en nuestro país, que tiene a una nación dividida desde hace varias décadas y quienes ven con cada elección la alternancia como una bala de plata que puede terminar con los males propios y de una nación de manera instantánea. Para mí, en lo personal, me gusta pensar este proceso electoral como la oportunidad y privilegio que tenemos los mexicanos de apoyar y perfeccionar nuestra democracia, pero sobre todo la de finalmente poder ser testigo de ver cómo por primera vez en la historia de nuestra nación llegará una mujer a la presidencia de la República y gobernará el país de octubre de 2024 a septiembre de 2030.

Querido lector: sean cuales sean tus decisiones que debas tomar a lo largo del año, deseo que transcurran lejos de angustias y decepciones. Que podamos mantener equilibrio y condiciones para ser felices. Mi deseo para este 2024, también, es que sepamos mostrar menos egoísmo y más compasión por el prójimo, que, en lugar de considerar apenas los intereses propios, podamos considerar los intereses de quienes pasan por nuestra vida. Un gesto educado, gentil y de buen corazón puede transformar nuestro día y, por qué no, el de nuestro país. ¡La decisión es tuya!

Analista empresarial y director regional de Logística y Relaciones Comerciales de Palos Garza
miguel.rivera@palosgarza.com

Un grupo de 50 alumnos se encontraba participando de una clase, cuando de manera súbita fue interrumpida por el profesor que la dirigía y comenzó a repartir una playera a cada alumno, pidiéndoles escribir su nombre sobre la misma. Enseguida, todas las camisas fueron recogidas y colocadas en otro salón. El profesor les pide a los alumnos que entren a la nueva sala individualmente e intenten localizar las camisas con su nombre en tan solo cinco minutos. Todos corren frenéticamente para la sala y comienzan a buscar la suya, entre pisotones, empujones y un desorden total; son pocos quienes consiguen encontrar la camisa con su nombre. Acto siguiente, el profesor procede a realizar la misma actividad, pero ahora instruyendo lo siguiente: “Entren y elijan aleatoriamente una camisa y entréguenla a la persona cuyo nombre este inscrito en ella”. En cuestión de minutos, cada uno logró recibir sus camisas con su nombre.

Lo que hicieron en ese experimento es exactamente lo que está sucediendo en nuestras vidas y en nuestro país. Todo mundo se encuentra buscando desesperadamente su felicidad, sin preocuparse por la felicidad del otro. Eso para mí se llama individualismo y egoísmo.

2024, en términos económicos y de proyección, supone para México el cuarto año consecutivo de crecimiento. Desde la pandemia de 2019, el país ha mantenido un crecimiento anual entre el 3% y el 4% y es dentro de estas cifras que muchos analistas, así como el propio Banco de México ubican la expectativa de crecimiento para este año 2024.

Gran parte de este crecimiento ha sido gracias a la relocalizacion comercial que está sucediendo en el mundo. El nearshoring ha sido un verdadero impulso económico para nuestro país, renovando el interés de invertir en México y estimulando el empleo y la actividad industrial. El año pasado, México consolidó su papel de principal socio comercial de Estados Unidos, superando a naciones históricamente dominantes como China.

Este vigoroso crecimiento de México por encima de su promedio histórico es el resultado también de políticas y reformas lanzadas al inicio de la administración del presidente López Obrador, no una mera casualidad o suerte. Estas políticas, incluidas reformas laborales, así como una correcta gestión financiera, han cultivado un entorno propicio para la inversión, lo que ha dado como resultado un mercado laboral sólido y un marcado aumento de las inversiones públicas y privadas. La estrategia fiscal del gobierno federal ha logrado mantener también la relación deuda/Producto Interno Bruto en un nivel por debajo de los parámetros internacionales, mejorando así el atractivo de México para los inversionistas globales. Iniciativas de infraestructura, como Dos Bocas, el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren maya, el Aeropuerto de Tucumán y el corredor Interoceánico han sido fundamentales no sólo para que México siga siendo uno de los mercados emergentes favoritos, sino también para abordar las disparidades económicas entre las regiones norte y sur del país.

El próximo año supone un periodo de transición positiva. El presupuesto federal para 2024 contiene un importante aumento de 11.8% en gasto público, respecto al año pasado; sin embargo, también hay que decir que este enorme presupuesto llega en un momento donde la inflación va a la alza con niveles por encima de los esperados, aumentos en los precios de la canasta básica, combustible, peajes, energía y en un ambiente de ajuste y desaceleración de los mercados internacionales, lo que sugiere muy seguramente el final de las políticas de austeridad promovidas por la actual administración.

El 2024 no sólo será un año de elecciones. Es quizá “el año de las elecciones” con múltiples procesos políticos de mucha relevancia e incertidumbre que tendrán lugar en distintos países y regiones, como lo serán los de Rusia, Ucrania, Gran Bretaña, Taiwán, India y las elecciones del Parlamento Europeo, por mencionar algunos. Pero son dos las carreras presidenciales que tendrán toda nuestra atención, interés y repercusión para nosotros mexicanos y para nuestro panorama futuro, como lo son las elecciones en junio 2024 para los Estados Unidos Mexicanos y noviembre 2024 para los Estados Unidos de Norteamérica.

¿Qué significaran ambos procesos para sus países y población?

La respuesta a esa pregunta es nada sencilla y difícil de abordar en una sola columna, seguramente en las próximas semanas y meses será el principal, si no es que el único tema de discusión y análisis en las noticias y programas. Para los Estados Unidos, el proceso de elección llega entre dos corrientes: aquellas que votarán a Donald Trump y que coinciden con que la nación americana atraviesa su mayor declive económico de la historia, aunado a un entorno social totalmente colapsado, y aquellos quienes ven una posible victoria del magnate estadounidense como el mayor peligro para el mundo en 2024. Así de polarizada y sin contrastes el panorama de las elecciones en el país de las barras y las estrellas.

No menos turbulento es el escenario político en nuestro país, que tiene a una nación dividida desde hace varias décadas y quienes ven con cada elección la alternancia como una bala de plata que puede terminar con los males propios y de una nación de manera instantánea. Para mí, en lo personal, me gusta pensar este proceso electoral como la oportunidad y privilegio que tenemos los mexicanos de apoyar y perfeccionar nuestra democracia, pero sobre todo la de finalmente poder ser testigo de ver cómo por primera vez en la historia de nuestra nación llegará una mujer a la presidencia de la República y gobernará el país de octubre de 2024 a septiembre de 2030.

Querido lector: sean cuales sean tus decisiones que debas tomar a lo largo del año, deseo que transcurran lejos de angustias y decepciones. Que podamos mantener equilibrio y condiciones para ser felices. Mi deseo para este 2024, también, es que sepamos mostrar menos egoísmo y más compasión por el prójimo, que, en lugar de considerar apenas los intereses propios, podamos considerar los intereses de quienes pasan por nuestra vida. Un gesto educado, gentil y de buen corazón puede transformar nuestro día y, por qué no, el de nuestro país. ¡La decisión es tuya!

Analista empresarial y director regional de Logística y Relaciones Comerciales de Palos Garza
miguel.rivera@palosgarza.com