Irma, la joven bella, espigada y atlética de su juventud, directora de la Escuela Secundaria Técnica número 54 de Purísima del Rincón, está en el umbral de su jubilación. Con su lozanía del otoño, trasmite serenidad y amor a quien la rodea. Hoy con gratitud y entusiasmo reconocemos 50 años de entrega a la educación. Nos inspira su sueño cristalizado, su gran amor a los niños y jóvenes que formó, pero sobre todo nos hace apreciar ese valor indómito por enfrentar carencias, obstáculos y ser lo que es hoy: una mujer triunfadora.
Nacida el 4 de diciembre de 1951 en el Ejido de la Colonia Morelos, municipio de Pénjamo, Guanajuato, fue hija de padres visionarios. Insólito para su época que haya salido de su pueblo a los 6 años para realizar la primaria donde estuvo becada en el internado Beatriz Hernández de Guadalajara, a los 13 años. Dotada de una gran inteligencia y de una memoria asombrosa ganó una beca por 6 años para estudiar en la Escuela Normal Rural de Atequiza, Jalisco y terminar en la Normal de Teteles, Puebla en 1971 como maestra de educación primaria. Los siguientes estudios los realizó en Zamora, Michoacán como licenciada en Ciencias Sociales y la maestría en Educación en la Escuela Normal Superior en Ciudad Madero, Tamaulipas. El camino que ha recorrido y las huellas de éxito y trabajo que dejó atrás son innumerables como maestra de educación primaria y de secundaria, como directora de las escuelas secundarias técnicas número 29, 53, 38 y la actual, número 54 “Mariano Matamoros”, esa que ama profundamente. Embelleció su escuela con pinturas murales, entre otras, “La Patria” y “Las máscaras de Judea”, tradición de Purísima. La Judea es un movimiento de teatro popular iniciado en 1873 por el artista Hermenegildo Bustos, ahora convertida en fiesta con alcance internacional, misma que se realiza en Semana Santa. También dispuso que el espacio entre dos módulos construidos fuera el pasillo de los directores, ahí colocó bancas de hierro fundido con los nombres de cada uno de los directores de la Zona Escolar 10 y el nombre del que esto escribe como supervisor. La maestra Irma se distinguió por ser una deportista destacada en diferentes disciplinas como atletismo, voleibol y basquetbol. Por estas habilidades que tenía representó a las escuelas formadoras de maestros, y ya como trabajadora de la educación de la sección 13 del SNTE, en diferentes juegos magisteriales. Contrajo nupcias en 1974 con su amigo y compañero de vida Sigfredo Bonilla Hernández, es madre de cinco hijos: Mayeli, Aránzazu, Denisse, José y Seida, todos ellos amando la profesión de sus padres, maestros, una de las profesiones más sublimes y les inculcó los valores de sus padres campesinos: amor al trabajo, disciplina, bondad, paciencia para trasmitir los conocimientos a los alumnos y sobre todo quererlos para que sean ciudadanos de provecho. Ella ha sido y será un ejemplo para sus once hermanos quienes también siguieron sus pasos en el magisterio. Maestra Irma: ¡Misión cumplida! Es usted una mujer triunfadora.
