IRAPUATO, Gto., El Obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, dijo que es triste que mientras por un lado se vea gente armada en todos lados, pero por el otro lado la autoridad no haga algo por modificar o aplicar las leyes existentes, para dejar en prisión a esas personas que están lacerando a la sociedad.
Esto, al ser cuestionado su los legisladores federales han mostrado desinterés a los llamados que incluso ha hecho el presidente Enrique Peña Nieto, de modificar el artículo 19 Constitucional, para castigar con prisión a quienes porten armas de fuego, como lo expresó en la Conferencia Nacional de Gobernadores del 22 de mayo pasado.
“A mí me da tristeza que, quizá porque uno anda en todos lados, de repente encuentra mucha gente armada y no pasa nada y por otro lado hay leyes, pero las leyes no se cumplen, hay a quienes meten a la cárcel y a los poquitos días salen, hay muchas cosas que nos ayudarían a mantener el orden, pero yo creo que el principal problema es la corrupción que hay dentro de nuestro sistema; así, aunque sean leyes muy buenas, que protejan mucho, mientras no se cumplan, de nada nos sirve”, dijo el Obispo de Irapuato.
Enrique Díaz Díaz centró su mensaje dominical en los acontecimientos violentos que se han estado viviendo en diferentes partes de Guanajuato, como Irapuato y Salamanca.
Dijo que ante esto, la Iglesia tiene como respuesta a estos hechos violentos recordar lo que dice el libro del Génesis, que después de que el hombre fue encontrado cometiendo pecado capital, el hombre se encontraba desnudo y huyendo de Dios y al estar alejado de Dios, el hombre comienza a cometer el mal, el pecado, la división y el odio.
“Toda la raíz del pecado, de la violencia es la ambición del poder y tenemos aquí las luchas de los grupos peleando por el poder, la ambición del placer, el yo querer tenerlo todo, la ambición de yo ser el dueño, de yo poner las leyes y esto va destruyendo la tranquilidad, va destruyendo la vida.
“Y lo encontramos en los grupos de la delincuencia, pero lo encontramos también por desgracia en las familias y lo encontramos en los demás grupos y va siendo como una llaga y una plaga que va metiéndose en el corazón de todos nosotros.
“En el Génesis dice que el hombre quiso quitar a Dios de en medio y se encuentra desnudo y solo y lejos de asumir su culpa, echa culpas: la mujer tiene la culpa, la mujer dice 'no, la serpiente tuvo la culpa' y hasta parece que nos estamos oyendo nosotros hoy en día, cuando decimos 'la culpa la tiene el gobierno', 'la culpa la tiene la escuela', 'la culpa la tiene la Iglesia', pero no asumimos que hemos quitado a Dios de nuestras vidas”.