/ viernes 11 de diciembre de 2020

Hay peligro de tener amnesia sobre el pasado

Jefferson escribió lo siguiente: “La historia cuando se explica (hablando de explicarla a los ciudadanos), el pasado les permitirá juzgar el futuro, hará uso de la experiencia de otros tiempos y de otras naciones, les calificará como jueces de las acciones y la ambición bajo cualquier disfraz que puede asumir, y sabiéndolo podrá derrotar esos puntos de vista.”

Estas palabras de Jefferson son ciertas, pues cuando la historia se explica a los ciudadanos, sean éstos niños, adultos, jóvenes, ancianos, o de cualquier edad, estas personas van a poder juzgar el futuro, es decir, van a poder juzgar hacia dónde nos dirigimos en el futuro, porque conocer el pasado ayuda a comprender a dónde los llevaron sus acciones y ambiciones de los hombres en el pasado, y dónde estamos parados en el presente en relación a esas mismas acciones y ambiciones humanas, y por consiguiente nos permite comprender hacia dónde nos estamos dirigiendo en el futuro.

Esto es algo que la mayoría hemos llegado a vivir y lo podemos comprender muy bien, pues es común que nuestros padres nos hayan dicho, o cualquier adulto nos haya dicho conforme crecíamos: “aprende de las experiencias de los demás, aprende de lo que a otros les ha sucedido”, y de esto hablaba Jefferson al escribir sobre “hacer uso de la experiencia de otros tiempos y de otras naciones”, porque esto es algo común para todos nosotros, aprender de las experiencias de otros, aprender para que no nos vaya a pasar a nosotros también lo mismo, esto es algo de sentido común.

Por eso aprender de la historia es importante y tiene un gran valor, porque nos permite juzgar en base a ese pasado lo que esta sucediendo en el presente en los diseños que hacen los hombres de sus estructuras y organizaciones.

Ignorar este conocimiento sobre el pasado es muy peligroso, pues llega a suceder tal como escribió Santayana: “aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo”.

Este es el peligro de tener una amnesia sobre el pasado, y en realidad todos podemos caer en esa amnesia, ya sea sobre el pasado personal, el pasado familiar, o el pasado nacional, por ejemplo, ¿has llegado a decir alguna vez, “no quiero acordarme de esa parte de mi pasado, no me hables de eso”?

Es común querer negarnos a recordar ese pasado y decir “eso ya quedó atrás, no quiero saber nada”, ya sea porque representó algo doloroso, vergonzoso o indeseable para nosotros, y cuando nos quieren hacer notar ese pasado diciéndonos: “pero te recuerdo ese pasado porque veo que en la actualidad estás yendo sobre el mismo camino”, no queremos escuchar, nos podemos negar a querer verlo, pero esa negación nos pone en un grave peligro de volver a repetir los mismos viejos errores del pasado.

Si vamos sobre el mismo camino de los errores del pasado sin corregirlos, es más que obvio que vamos a recoger los mismos malos resultados, porque si no hay corrección, entonces los mismos errores se repiten.

Salir de nuestra ignorancia histórica como nación es fundamental si queremos salir de los ciclos repetitivos de tropiezos que nos han caracterizado, necesitamos comprender que aprender de la historia no se trata de lo que el ser humano diga, sino de las acciones actuales y los conceptos actuales que impulsan esas acciones y cómo han funcionado en el pasado.

Esto hace que sólo haya dos parámetros para construir el desarrollo humano: uno que es donde el ser humano dice “me voy por mi propio camino, por mis propios conceptos”, donde el hombre se convierte en el dios del mismo hombre, lo cual en el pasado nos ha traído nefastos resultados. Y el otro es construir sobre lo que ya ha sido verificado y comprobado de un diseño original de lo que ha funcionado bien para el hombre y su desarrollo social, el cual tiene que ver con los principios éticos establecidos como absolutos por el Dios de la Biblia.

El aprendizaje histórico señala esto último como el mejor camino hacia el progreso, en cambio, la amnesia sobre el pasado siempre tiende a llevarnos a cometer el mismo viejo error de poner al hombre como dios sobre los mismos hombres, trayéndonos con ello grandes desgracias.

Confío que los puntos aquí señalados te ayuden a realizar tu propio análisis sobre éste tema. Gracias por tu interés y tu tiempo.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

____________________________________________________

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.






Jefferson escribió lo siguiente: “La historia cuando se explica (hablando de explicarla a los ciudadanos), el pasado les permitirá juzgar el futuro, hará uso de la experiencia de otros tiempos y de otras naciones, les calificará como jueces de las acciones y la ambición bajo cualquier disfraz que puede asumir, y sabiéndolo podrá derrotar esos puntos de vista.”

Estas palabras de Jefferson son ciertas, pues cuando la historia se explica a los ciudadanos, sean éstos niños, adultos, jóvenes, ancianos, o de cualquier edad, estas personas van a poder juzgar el futuro, es decir, van a poder juzgar hacia dónde nos dirigimos en el futuro, porque conocer el pasado ayuda a comprender a dónde los llevaron sus acciones y ambiciones de los hombres en el pasado, y dónde estamos parados en el presente en relación a esas mismas acciones y ambiciones humanas, y por consiguiente nos permite comprender hacia dónde nos estamos dirigiendo en el futuro.

Esto es algo que la mayoría hemos llegado a vivir y lo podemos comprender muy bien, pues es común que nuestros padres nos hayan dicho, o cualquier adulto nos haya dicho conforme crecíamos: “aprende de las experiencias de los demás, aprende de lo que a otros les ha sucedido”, y de esto hablaba Jefferson al escribir sobre “hacer uso de la experiencia de otros tiempos y de otras naciones”, porque esto es algo común para todos nosotros, aprender de las experiencias de otros, aprender para que no nos vaya a pasar a nosotros también lo mismo, esto es algo de sentido común.

Por eso aprender de la historia es importante y tiene un gran valor, porque nos permite juzgar en base a ese pasado lo que esta sucediendo en el presente en los diseños que hacen los hombres de sus estructuras y organizaciones.

Ignorar este conocimiento sobre el pasado es muy peligroso, pues llega a suceder tal como escribió Santayana: “aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo”.

Este es el peligro de tener una amnesia sobre el pasado, y en realidad todos podemos caer en esa amnesia, ya sea sobre el pasado personal, el pasado familiar, o el pasado nacional, por ejemplo, ¿has llegado a decir alguna vez, “no quiero acordarme de esa parte de mi pasado, no me hables de eso”?

Es común querer negarnos a recordar ese pasado y decir “eso ya quedó atrás, no quiero saber nada”, ya sea porque representó algo doloroso, vergonzoso o indeseable para nosotros, y cuando nos quieren hacer notar ese pasado diciéndonos: “pero te recuerdo ese pasado porque veo que en la actualidad estás yendo sobre el mismo camino”, no queremos escuchar, nos podemos negar a querer verlo, pero esa negación nos pone en un grave peligro de volver a repetir los mismos viejos errores del pasado.

Si vamos sobre el mismo camino de los errores del pasado sin corregirlos, es más que obvio que vamos a recoger los mismos malos resultados, porque si no hay corrección, entonces los mismos errores se repiten.

Salir de nuestra ignorancia histórica como nación es fundamental si queremos salir de los ciclos repetitivos de tropiezos que nos han caracterizado, necesitamos comprender que aprender de la historia no se trata de lo que el ser humano diga, sino de las acciones actuales y los conceptos actuales que impulsan esas acciones y cómo han funcionado en el pasado.

Esto hace que sólo haya dos parámetros para construir el desarrollo humano: uno que es donde el ser humano dice “me voy por mi propio camino, por mis propios conceptos”, donde el hombre se convierte en el dios del mismo hombre, lo cual en el pasado nos ha traído nefastos resultados. Y el otro es construir sobre lo que ya ha sido verificado y comprobado de un diseño original de lo que ha funcionado bien para el hombre y su desarrollo social, el cual tiene que ver con los principios éticos establecidos como absolutos por el Dios de la Biblia.

El aprendizaje histórico señala esto último como el mejor camino hacia el progreso, en cambio, la amnesia sobre el pasado siempre tiende a llevarnos a cometer el mismo viejo error de poner al hombre como dios sobre los mismos hombres, trayéndonos con ello grandes desgracias.

Confío que los puntos aquí señalados te ayuden a realizar tu propio análisis sobre éste tema. Gracias por tu interés y tu tiempo.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

____________________________________________________

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.