El júbilo y la emoción desbancaron el temor y la incertidumbre que aprisionaba a miles de personas refugiadas en las instalaciones de la Escuela Don Bosco. Habían llegado al centro escolar a lo largo de los últimos dos meses en busca de seguridad, huyendo de los disturbios violentos que les amenazaba en sus hogares. Y no fue cuestión de comida, tiendas de campaña, medicamentos, baños o cualquiera de esas otras cosas de las que tanta necesidad se suele tener en circunstancias de emergencia. No, se trataba de un campeonato de fútbol en Timor del Este, (Sud este Asiático).
“Teníamos esta idea de hacer algo emocionante con los niños, era una forma de que los niños (as) de las zonas este y oeste del país, mezclados en un mismo equipo, superaran sus rivalidades. Teníamos la esperanza de que al verlos jugando unidos en un mismo equipo, los padres vieran que no había diferencias entre ellos”. Así es, pues, fue cómo el fútbol se convirtió en un instrumento para construir la paz. “Necesitamos más de esto y menos violencia”.
El deporte se considera una excelente estrategia de intervención social, pues gracias a éste, se pueden lograr objetivos explícitos de paz y desarrollo comunitarios.
Aunque la intención obvia es fomentar la participación de los miembros de la sociedad en actividades deportivas, hay otras que sin ser de índole deportivo tienen un importante papel en el desarrollo de las competencias comunitarias, tales como la equidad, la justicia social, además de promover los derechos humanos, la salud y el bienestar y servir de puente para la transmisión de valores y la resolución de conflictos. Lo cual se requiere que está perfectamente estructurado y se convierta en una política pública.
Las actividades recreativas y deportivas se centran en tres objetivos específicos: “(1) llevar los deportes a la población; (2) reemplazar las conductas desviadas con unas deseables, y (3) atraer a las poblaciones en riesgo para que sean partícipes de prácticas deportivas a fin de proporcionar otros servicios sociales”
Se sabe que profesionales de la salud han venido destacando el potencial de este tipo de actividades “para enseñar a todos, especialmente a los más jóvenes, cualidades y actitudes positivas tales como el respeto, el compañerismo, el trabajo en equipo y la tolerancia, entre otros valores”
Lo anterior lleva a pensar que algunas de las contribuciones notables del deporte frente a la temática de desarrollo y paz son: 1) fomentar la participación ciudadana creando unidad de grupo, 2) sirven de inspiración a los niños (as) y jóvenes para dar lo mejor de sí mismos aumentando sus niveles de competitividad, 3) el alto uso como herramienta para la enseñanza e interiorización de los valores.
Una necesidad apremiante de darle importancia a los niños (as) y jóvenes para cambiar sus contextos, utilizando la re-significación de sus entornos en la comunidad, con el fin de posibilitar un espacio de crecimiento personal a través de una intervención psicológica individual que permita la construcción de un proyecto de vida coherente y realista y desde el ámbito comunitario para abordar las problemáticas sociales como son la pobreza, la exclusión, la desigualdad de género, y los conflictos a través de una propuesta clara desde el modelo de formación ciudadana.
Las diversas estrategias permitirán que el niño (a) o el joven desarrollen una serie de competencias que lo empoderen como ciudadano para que se involucre en las decisiones de su comunidad, ejerza sus derechos y cumpla sus deberes. Esto se logra a partir de una estrategia lúdico–recreativa que le facilitará el desarrollo de habilidades, el incremento de destrezas motoras, la expresión sana de su corporeidad, fortaleciéndolo como ser humano y ayudándolo en la construcción de su propia realidad mediante el uso adecuado de su tiempo libre.
Igualmente fortalecerá su tejido social, contribuyendo a la formación de un pensamiento reflexivo y crítico que lo llevará a cuestionar su realidad, y a su vez, a buscar soluciones por medio de la convivencia, la potenciación de herramientas comunicativas como la escucha empática, la argumentación para llegar a acuerdos y el mejoramiento de las interacciones sociales promoviendo procesos democráticos y el perfeccionamiento de las condiciones de vida con miras a la transformación social.
Para lograr los objetivos propuestos se hará uso de dos estrategias generales:
•El deporte como medio transformador debido a que el futbol es un deporte popular que convoca grandes cantidades de personas. A partir de éste se pretende educar a los niños y los jóvenes sobre las problemáticas que afectan a su comunidad. Desde este ángulo se comprende al deporte como una actividad física que asemeja una escuela de vida mediante la cual se enseñan importantes valores, al tiempo que conecta comunidades de forma eficaz, generando redes sociales.
•Técnicas de educación como seminarios, módulos, actividades y juegos cooperativos para la enseñanza de diversas temáticas relacionadas con los derechos humanos, la conciencia de género, la promoción de la salud, la construcción de la paz y la resolución de conflictos.
Al final de cada sesión se propone hacer retroalimentación de las vivencias a fin de que los niños y jóvenes puedan interiorizar las experiencias y aplicarlas a su contexto real. La estrategia Debe de ir acompañada de psicólogos (a)s y educadores (as) expertos.
En el mundo existen programas de éxito, por ejemplo: en la región balcánica, cuando el personal y los niños de orígenes religiosos y étnicos diversos participan en esos cursos de fútbol, el espíritu de equipo que adquieren los jugadores ayuda a eliminar las diferencias étnicas y políticas, las escuelas transmiten una carga de energía positiva y en ellas reina un clima de camaradería. En Brasil “Espacios de Esperanza”, Honduras, Georgia, Etiopía. El mensaje que reciben los niños y jóvenes es que el consumo del tabaco, las bebidas alcohólicas y las drogas no se pueden comparar con la sensación extraordinaria de conquistar el gol del triunfo.
Saludo con respeto al impulso al deporte que está haciendo el H Ayuntamiento de Irapuato a través de la Secretaría de Seguridad, que es una alternativa para alejar a las y los jóvenes de situaciones de riesgo sobre la violencia. Ha mencionado al Alcalde que bajó incidencia de faltas administrativas, se han reorientado al estudio, se ofrecen opciones para profesiones y oficios. Deseo que pueda convertirse en un programa integral que lleve a la ciudad a convertirse en ciudad de paz.
Vivimos un período de grandes diferencias entre ricos y pobres y el verdadero progreso no se logrará sin la cooperación entre todas las naciones y los pueblos para acabar con la pobreza. Debemos asumir la responsabilidad ante los que no pueden obtener los recursos suficientes para el desarrollo, cuyos derechos humanos y dignidad no se respetan. Todos ellos son nuestra preocupación común y por ello la ONU declaró el 31 de agosto (este día realizó un evento importante de la estrategia deportiva de la ciudad) como Día Internacional de la Solidaridad Humana recordando que la solidaridad no sólo es un requisito de carácter moral, sino también una condición previa para la eficacia de las políticas de los países y los pueblos. Es una de las garantías de la paz mundial. Ser solidario implica ocuparse por el bienestar de los demás y tomar la elección de actuar y colaborar para conseguirlo. Espero que temas como este de la solidaridad y empatía sean requisitos para la formación de las escuelas del deporte.
Se trata de desarmar materialmente y armar espiritualmente a las y los niños, adolescentes y jóvenes a fin de participar en la construcción del respeto y amor por la vida.
Las más de 50 organizaciones que trabajan en la Red de Asociados por la Paz invitan a participar en la VIII Feria por la Paz el próximo 22 de septiembre en parque Irekua, puedes hacer aportaciones en ideas, oraciones, promociones, en fin, ofreciendo tu participación por:
“La Construcción de una Cultura de Paz”
manuelramos28@gmail.com
