/ sábado 17 de marzo de 2018

La familia es trascendental 2ª parte


Se mencionó en la primera parte de esta serie que venimos desarrollando, que la ausencia de compromiso matrimonial y el fracaso en la formación y desarrollo de la familia, son las variables que elevan el índice de criminalidad.

Esta es la evidencia que revela la literatura profesional de las ciencias sociales y que corrobora la investigación profesional en criminología, las cuales arrojan datos como los siguientes:

La mayoría de los delincuentes son niños que han sido abandonados por sus padres, los futuros delincuentes invariablemente tienen una vida familiar caótica y en desintegración, la ausencia del padre es la causa individual más importante de la pobreza y del crimen, los barrios monoparentales (familia monoparental es la que esta formada solo por el padre o solo por la madre y los hijos) tienden a ser vecindarios con alta criminalidad, los vecindarios de alta criminalidad se caracterizan por las altas concentraciones de familias abandonadas por los padres (1). También los sociólogos dicen que una creciente cantidad de literatura, sugiere que los niños que experimentan múltiples transiciones en la estructura familiar pueden tener un desarrollo peor a diferencia de los niños criados en familias estables con padre y madre.

Estos datos nos dicen que cuando en una comunidad hay una alta concentración de familias desintegradas, esta comunidad se desintegrará, el crimen y la violencia la desolarán. Si trasladamos esto al cuadro familiar que predomina en este país, ¿qué te dice a ti?

Como por ejemplo, el aumento alarmante de madres solteras entre los 15 y 19 años de edad y aún más jóvenes; el alto porcentaje de abandono del padre varón hacia sus hijos que en muchos de los casos solo engendra pero nada más; el padre y la madre que están ahí pero el abuso y descuido que tienen de sus hijos es terrible, descuidándolos físicamente, espiritualmente, emocionalmente e intelectualmente; o aún la horrible realidad del abuso sexual que padres llegan a hacer a sus propios hijos.

Podemos seguir mencionando más ejemplos, como la caída estrepitosa del compromiso matrimonial, y aún si los padres están juntos, las riñas entre ellos y la violencia es parte de lo que los niños viven todos los días en sus casas; como estas realidades podríamos seguir mencionando muchas más.

Pero estas son suficientes como para darnos cuenta que el crimen y la violencia no es algo que pueda resolver, en su esencia, el gobierno, porque ¿el gobierno puede hacer que aumente el amor conyugal haciendo que los hombres y mujeres permanezcan casados, y que amen y cuiden a sus hijos? Por supuesto que no.

Por estas razones, si queremos en verdad combatir el crimen y la violencia, tendremos que volver la mirada hacia la familia, volver la mirada hacia nosotros mismos, y revisar si cada uno esta haciendo su trabajo o no, pues recordemos que lo que tenemos en la sociedad es el resultado de lo que los hogares producen.

Esto no es difícil de entender, al contrario, la mayoría de las personas comunes y con sentido común, no necesitan examinar la literatura de ciencias sociales para darse cuenta que una vida familiar de disciplina, amor, responsabilidad, compromiso del padre y de la madre, todo esto en el buen conocimiento, previene la delincuencia.

Seguiremos desarrollando este tema, confiando poder contribuir para equiparte y que tomes tu parte activa en la restauración de la familia que tanto necesita nuestro país.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

____________________________________________________

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

Referencias:

(1) https://www.heritage.org/crime-and-justice/report/the-real-root-causes-violent-crime-the-breakdown-marriage-family-and










Se mencionó en la primera parte de esta serie que venimos desarrollando, que la ausencia de compromiso matrimonial y el fracaso en la formación y desarrollo de la familia, son las variables que elevan el índice de criminalidad.

Esta es la evidencia que revela la literatura profesional de las ciencias sociales y que corrobora la investigación profesional en criminología, las cuales arrojan datos como los siguientes:

La mayoría de los delincuentes son niños que han sido abandonados por sus padres, los futuros delincuentes invariablemente tienen una vida familiar caótica y en desintegración, la ausencia del padre es la causa individual más importante de la pobreza y del crimen, los barrios monoparentales (familia monoparental es la que esta formada solo por el padre o solo por la madre y los hijos) tienden a ser vecindarios con alta criminalidad, los vecindarios de alta criminalidad se caracterizan por las altas concentraciones de familias abandonadas por los padres (1). También los sociólogos dicen que una creciente cantidad de literatura, sugiere que los niños que experimentan múltiples transiciones en la estructura familiar pueden tener un desarrollo peor a diferencia de los niños criados en familias estables con padre y madre.

Estos datos nos dicen que cuando en una comunidad hay una alta concentración de familias desintegradas, esta comunidad se desintegrará, el crimen y la violencia la desolarán. Si trasladamos esto al cuadro familiar que predomina en este país, ¿qué te dice a ti?

Como por ejemplo, el aumento alarmante de madres solteras entre los 15 y 19 años de edad y aún más jóvenes; el alto porcentaje de abandono del padre varón hacia sus hijos que en muchos de los casos solo engendra pero nada más; el padre y la madre que están ahí pero el abuso y descuido que tienen de sus hijos es terrible, descuidándolos físicamente, espiritualmente, emocionalmente e intelectualmente; o aún la horrible realidad del abuso sexual que padres llegan a hacer a sus propios hijos.

Podemos seguir mencionando más ejemplos, como la caída estrepitosa del compromiso matrimonial, y aún si los padres están juntos, las riñas entre ellos y la violencia es parte de lo que los niños viven todos los días en sus casas; como estas realidades podríamos seguir mencionando muchas más.

Pero estas son suficientes como para darnos cuenta que el crimen y la violencia no es algo que pueda resolver, en su esencia, el gobierno, porque ¿el gobierno puede hacer que aumente el amor conyugal haciendo que los hombres y mujeres permanezcan casados, y que amen y cuiden a sus hijos? Por supuesto que no.

Por estas razones, si queremos en verdad combatir el crimen y la violencia, tendremos que volver la mirada hacia la familia, volver la mirada hacia nosotros mismos, y revisar si cada uno esta haciendo su trabajo o no, pues recordemos que lo que tenemos en la sociedad es el resultado de lo que los hogares producen.

Esto no es difícil de entender, al contrario, la mayoría de las personas comunes y con sentido común, no necesitan examinar la literatura de ciencias sociales para darse cuenta que una vida familiar de disciplina, amor, responsabilidad, compromiso del padre y de la madre, todo esto en el buen conocimiento, previene la delincuencia.

Seguiremos desarrollando este tema, confiando poder contribuir para equiparte y que tomes tu parte activa en la restauración de la familia que tanto necesita nuestro país.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

Referencias:

(1) https://www.heritage.org/crime-and-justice/report/the-real-root-causes-violent-crime-the-breakdown-marriage-family-and