/ viernes 10 de febrero de 2023

VICISITUDES | El secreto es conocer a Dios

El ser humano, hombre y mujer, independientemente de cualquier creencia religiosa, vivimos hermosas y significativas experiencias de la presencia de Dios en nuestras vidas y tan representativo es esto, que la mayoría de las veces enviamos bendiciones a las personas con las que tenemos contacto y lo más importante es que en diversas ocasiones y en distintas circunstancias esas bendiciones las compartimos con personas que ni siquiera conocemos, pero que nos encontramos en nuestro sendero de vida.

Basta con echar un vistazo a los mensajes que nos enviamos a través de las redes sociales o cuando nos encontramos con amigos y compañeros y una vez que nos despedimos les decimos “Que Dios te bendiga”, para darnos cuenta la cantidad de innumerables bendiciones que van y vienen entre todos, sabedores de que hay un ser supremo que nos acompaña, un ser dador de vida que nos guía y, que sobre todo, nos bendice. Sea cual sea la imagen de Dios, el cómo lo veamos, nos acerquemos o nos comuniquemos con él, como queramos, él siempre nos entenderá, nos sentimos bendecidos y esa bendición la compartimos, la hacemos extensiva con aquellas personas que entran en el laberinto de nuestra existencia.

Es cierto que podemos estar viviendo en un mundo caótico, que nos confunde y nos puede hacer dudar de que las cosas que creemos no son tan reales como lo pensamos, pero con el tiempo, con madurez y con fe, nos percatamos de que sí hay un panorama mejor, si cada uno pone su parte y hace lo que le toca hacer, trabajando y bendiciendo a los demás.

Justamente, a través de una bendición que envié y que compartí con una amiga de la familia que vive en el Estado de México, me responde escribiéndome una bella experiencia de Dios, la cual comparto con ustedes.

“Hoy en especial me quedé pensando: ¿por qué muchas personas no hacen suyas tantas bendiciones que en todo momento nuestro padre nos da? Y en seguida escucho en mi corazón la respuesta, como cuando de pequeña le preguntaba incansablemente tantos ¿por qué? a mis padres y ellos con cariño y paciencia me respondían: el secreto es conocer a Dios.

“Esto quiere decir que sabemos que cada situación en sí proviene de Dios. Por ende, sin importar cuan desafiante sea la situación, nos sentimos agradecidos por ella. Y que la razón de cualquier caos es que estamos distraídos de su presencia, pues la certeza real en Dios quiere decir encontrar la luz en cada aspecto de la jornada de la vida.

“No es algo fácil de hacer, pero conocer a Dios es tener certeza de que todo en nuestras vidas está aquí para ayudarnos. Las respuestas del amor de Dios siempre me inundan de paz”. Lisset. Dios los bendiga y les dé su paz.


Contacto: ahomanois@hotmail.com

El ser humano, hombre y mujer, independientemente de cualquier creencia religiosa, vivimos hermosas y significativas experiencias de la presencia de Dios en nuestras vidas y tan representativo es esto, que la mayoría de las veces enviamos bendiciones a las personas con las que tenemos contacto y lo más importante es que en diversas ocasiones y en distintas circunstancias esas bendiciones las compartimos con personas que ni siquiera conocemos, pero que nos encontramos en nuestro sendero de vida.

Basta con echar un vistazo a los mensajes que nos enviamos a través de las redes sociales o cuando nos encontramos con amigos y compañeros y una vez que nos despedimos les decimos “Que Dios te bendiga”, para darnos cuenta la cantidad de innumerables bendiciones que van y vienen entre todos, sabedores de que hay un ser supremo que nos acompaña, un ser dador de vida que nos guía y, que sobre todo, nos bendice. Sea cual sea la imagen de Dios, el cómo lo veamos, nos acerquemos o nos comuniquemos con él, como queramos, él siempre nos entenderá, nos sentimos bendecidos y esa bendición la compartimos, la hacemos extensiva con aquellas personas que entran en el laberinto de nuestra existencia.

Es cierto que podemos estar viviendo en un mundo caótico, que nos confunde y nos puede hacer dudar de que las cosas que creemos no son tan reales como lo pensamos, pero con el tiempo, con madurez y con fe, nos percatamos de que sí hay un panorama mejor, si cada uno pone su parte y hace lo que le toca hacer, trabajando y bendiciendo a los demás.

Justamente, a través de una bendición que envié y que compartí con una amiga de la familia que vive en el Estado de México, me responde escribiéndome una bella experiencia de Dios, la cual comparto con ustedes.

“Hoy en especial me quedé pensando: ¿por qué muchas personas no hacen suyas tantas bendiciones que en todo momento nuestro padre nos da? Y en seguida escucho en mi corazón la respuesta, como cuando de pequeña le preguntaba incansablemente tantos ¿por qué? a mis padres y ellos con cariño y paciencia me respondían: el secreto es conocer a Dios.

“Esto quiere decir que sabemos que cada situación en sí proviene de Dios. Por ende, sin importar cuan desafiante sea la situación, nos sentimos agradecidos por ella. Y que la razón de cualquier caos es que estamos distraídos de su presencia, pues la certeza real en Dios quiere decir encontrar la luz en cada aspecto de la jornada de la vida.

“No es algo fácil de hacer, pero conocer a Dios es tener certeza de que todo en nuestras vidas está aquí para ayudarnos. Las respuestas del amor de Dios siempre me inundan de paz”. Lisset. Dios los bendiga y les dé su paz.


Contacto: ahomanois@hotmail.com